El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, se reunió en la Casa Rosada para discutir qué aperturas de la cuarentena observaban viables desde la Ciudad que deben ser validadas por la Nación. Por estas horas se da un gran debate interno en el gabinete. Desde la óptica meramente sanitaria, Quirós asegura que en un mes podrían subir la cantidad de contagiados de manera ostensible. Sin embargo, en el seno del larretismo creen que están obligados a flexibilizar el aislamiento. “No podemos dejar dos meses encerrada a la gente, eso está clarísimo. 

Tenemos que ordenar esta salida porque se está dando de hecho”, le explica a PERFIL una fuente porteña. En ese sentido, hay dos planos en análisis: por un lado la salida de sectores económicos que no tienen actividad desde hace más de un mes y medio, y por el otro la salidas sociales o recreativas, en particular con menores de edad.

“Cualquier apertura tiene que ser muy de a poco y con protocolos estrictos. Y siempre tenemos la posibilidad de retrotraer si aumentan los casos”, analizan en el equipo de Salud. Una de las cuestiones que se liberarán de manera formal, porque en muchos casos ya se está dando, es el “take away”, la posibilidad de retirar alimentos de bares, restaurantes y rotiserías. Aunque muchos ya lo están haciendo, es el Gobierno nacional quien tendrá la última palabra al respecto, pero la decisión de Larreta está tomada. En cuanto a la construcción privada, la idea que manejan en la Ciudad es no habilitarla aún pero sí exceptuar del aislamiento a trabajadores del sector vinculados a la excavación y a la submuración de obras. Ello implicaría la movilización de unos 30 mil obreros contra 250 mil que conlleva la apertura total. Además, según evalúan en el Gobierno porteño, los trabajadores que regresen a sus obras en esa primera etapa podrían colaborar con la seguridad de esas obras privadas, por caso, ante un riesgo de derrumbe. 

Ya en el debate, hace 20 días, sobre qué flexibilizar antes de la extensión al 10 de mayo, un sector del gabinete porteño había propuesto abrir la construcción privada con horarios y protocolos pero el jefe de Gobierno no aceptó. Por su lado, en materia de seguridad, seguirán los controles en accesos y permanecerán cerrados aquellos que, con la cuarentena, se dieron de baja. Es más: la Policía de la Ciudad viene incrementando los controles con cámaras y personal en la calle. Hay quienes temen por una oleada de delitos en los próximos meses producto de la crisis económica. Recreación. En cuanto a las salidas recreativas, aún no hay una única posición. El ministro de Salud tiene serias dudas al respecto. Argumenta que, cuando hace dos semanas el presidente, Alberto Fernández, anunció la medida, al otro día las calles se llenaron de niños en compañía de sus padres a pesar de que la Ciudad no había avalado la medida. 

La única forma en que podrían habilitarse las salidas recreativas es con una dura reglamentación. “No podemos ir a salidas masivas, pero dar una vuelta a la manzana, airearse con los chicos, es una opción”, adelanta un funcionario larretista. En ese contexto hay dos posiciones: una es autorizar a que los chicos acompañen a sus padres a los comercios, como parte de una salida más. La otra, más restrictiva, es que se autoricen, sábados y domingos, salidas recreativas de media hora por horario y número de DNI. Con todo, no habrá excepciones de ningún tipo con los adultos mayores y, aunque Larreta sabe que tiene que avanzar con cierta flexibilización, el temor a un incremento de contagios lo frena siempre.

Fuente: Infoveloz.com