En plena jornada de protesta para exigir al Gobierno de la Ciudad medidas contra la invasión de roedores en la escuela Rosario Vera Peñaloza, de Almagro, la comunidad educativa se encontró con otras dos ratas muertas en los alrededores del comedor. Pese a que el Ejecutivo porteño, ante la difusión del reclamo, envió ayer una cuadrilla de limpieza. La medida paliativa no alcanzó, y familias y docentes reclaman soluciones de fondo y a largo plazo.

El reclamo viene desde hace tiempo. Pero, ante la falta de respuestas, la comunidad educativa realizó un ruidazo y volanteada este mediodía, en el marco del paro nacional docente. Fue en la puerta de la escuela, en Pringles 1165. El caso del colegio invadido por ratas cobró gran difusión y a última hora antes del ciclo lectivo la gestión de Horacio Rodríguez Larreta envió una cuadrilla de limpieza. Pero la medida fue insuficiente, al punto de que aparecieron otras dos ratas este miércoles.

La escuela se llenó de ratas pero el gobierno porteño no hace nada


“Respuestas oficiales, todavía nada”, afirmó Fabia García Panelli, presidenta de la cooperadora de la escuela, en diálogo con Nueva Ciudad. Y agregó: “Vamos a esperar 48 horas a ver qué pasa. La medida fue hoy a las 12. Tenemos intensión  de esperar hasta el viernes al mediodía. Pero es algo que veníamos denunciando ante la supervisión, ante diferentes entidades gubernamentales. Hasta hoy no tuvimos respuesta. Sí vinieron los supervisores, labraron un acta donde ellos dejan constancia de que la escuela está en condiciones. No lo compartimos. Ayer por esta movida vino una cuadrilla a limpiar, entonces hoy se ve limpia. Pero bajamos y encontramos dos ratas muertas donde funciona el comedor, en el pasillo y en una baulera de cooperadora”.

García Panelli contó que, como cierre de la movilización de este mediodía, se presentó una carta a dirección “pidiendo lo de siempre, una desinfección y algo a largo plazo. Porque el gobierno autoriza una desratización por mes. Si sigue así, no hay manera de combatir las ratas. Porque sabemos que no alcanza. El presupuesto no da más que eso, entonces tenemos que pelear a largo plazo”.

La escuela permaneció casi sin clases (sólo algunos docentes no adhirieron y pocas familias enviaron a sus niñes en estas condiciones) en el marco del paro nacional, tal como lo hará jueves y viernes, sumándose al paro internacional transfeminista. En tanto, la presidenta de la cooperadora señaló que en la escuela también funciona un “turno noche, que usa mucho la cocina porque son especializados en cocina, y no pueden empezar las clases así”.

El problema por la presencia de ratas se agudizó en febrero último, cuando comenzaron las tareas de remoción de tierra en el predio que está al lado del colegio, un baldío que pertenece al Automóvil Club Argentino (ACA). En “la Rosarito”, como se conoce a esta escuela, hay dos empresas que se encargan de la desinfección: MIG, que depende del Gobierno de la Ciudad, y SI-AL, que tiene la concesión del comedor y se encarga de desratizar ese espacio y la cocina.

Cuando retornaron tras el receso de verano, en febrero, docentes y auxiliares encontraron ratas muertas en la cocina y el comedor, ambos en el subsuelo. “Habían dejado las trampas puestas desde diciembre y no las vinieron a buscar. Así que cuando abrimos nos encontramos con eso”, aseguró García Panelli. “Yo llamé al encargado de la concesión y le dije: ‘Tenemos acá las ratas muertas, no las viniste a buscar nunca’. Y él me contestó que trabajaba de marzo a diciembre”. Dos días después del llamado, SI-AL retiró las trampas y las ratas muertas.

Según consignó Página 12, a la escuela asisten 900 alumnos de jardín y primaria y, a la noche hay casi mil alumnos de programas de educación no formal. Setenta alumnos almuerzan en la institución. El año pasado, mientras el comedor estuvo clausurado, los chicos comieron las viandas que envió el Gobierno porteño.