Según la empresa Metrovías, se tomaron muestras a la espera de resultados. Un año atrás, Subterrános de Buenos Aires SA (SBASE), que depende del Ejecutivo, retiró tres formaciones CAF 5000, luego de la confirmación de que esos coches tenían asbesto.

“El retiro de formaciones se dio desde la denuncia que presentó la Agtsyp el año pasado sobre la presencia de asbesto en los CAF 5000”, expresó Enrique Rositto, secretario de Prensa del gremio de trabajadores del subte y premetro, Agtsyp, a Diario Z.

Desde el gremio de los trabajadores de subte también aseguraron que al menos ocho formaciones de la línea B fueron retiradas, esta semana, para efectuar estudios por nuevas sospechas de amianto en los trenes: estos coches se suman a los tres CAF 5000 ya sacados de circulación el año pasado.

A su vez, Rositto agregó que varios trabajadores se están realizando estudios en el Hospital Británico. El temor del personal viene a raíz de varias noticias que llegaron de Madrid, España, donde se compraron las formaciones para la línea B. En mayo de 2018, Antonio Morán Canseco, un mecánico de los talleres de la red del metro que limpiaba los disruptores, murió. Tras una ardua investigación se supo que una de las piezas de los trenes contenía amianto. En octubre de ese mismo año, una nueva víctima: Julián Martín Rebate, el primer trabajador de la compañía española en ser diagnosticado con asbestosis, un cáncer pulmonar causado por la inhalación de polvo de asbesto, presente en las fibras del amianto.

Los trabajadores, en tanto, indicaron que no repararán formaciones sospechadas de contener asbesto, hasta que no se conozca el plan de acción propuesto por Metrovías y Sbase. “Hay que sacar el amianto. Si se hace un muestreo de las piezas y luego se reemplazan por otras sin amianto, no hay conflicto. Aunque el único plan para terminar con el amianto es cambiar la flota de trenes”, indicó, en una entrevista con La Nación, el secretario general de la Agtsyp, Roberto Pianelli.

El asbesto fue prohibido por el Ministerio de Salud en 2003 pero como se lo utilizaba como aislante sigue en varios lugares. Diez años atrás, una investigación del INTI lo detectó en 30 edificios de la Ciudad y el conurbano.

El conflicto con las formaciones que componen la flota de la Línea B es de larga data. En 2011, el entonces jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri incorporó, en una compra directa por cuatro millones de euros, formaciones al Metro de Madrid, a pesar de que ya se sabía que tendrían una vida útil de apenas 10 años.

Incluso, según los trabajadores del subte, el propio manual de los vagones aclaraba que tenían amianto, dato que fue ¿olvidado? por el gobierno porteño. “Nunca se tendrían que haber comprado estos trenes, primero porque está prohibido el asbesto en el país y segundo porque también es ilegal su comercialización, con lo cual hay un desastre desde el punto de vista legal para ambos países”, había advertido Pianelli.

En marzo de 2018, los trabajadores del subte pararon el servicio. “La empresa nos decía que no queríamos trabajar y que no había asbesto”, recordó Ledesma, quien señaló que “recién en diciembre Subterráneos de Buenos Aires (Sbase) reconoció la situación”.

Fuente:RevistaQue