Si los resultados en las elecciones generales de octubre llegan a ser similares a las PASO, el mandamás capitalino podría ir directo al balotaje, y las expectativas para la reelección del gobernante, que está acostumbrado a sacar grandes ventajas a sus contrincantes, comenzarán a desvanecerse.

Lo cierto es que Larreta, confiado, esperaba llegar al 50 por ciento de los votos en las primarias -sacó el 44,65%-, pero se llevó la sorpresa de Matías Lammens, el principal candidato del frente opositor, que, con poca exposición en campaña, superó el piso histórico del kirchnerismo en la Ciudad y se llevó el 33,09 por ciento. Además absorbió el descontento social hacia el presidente de la Nación en las urnas, que lo perjudicó notoriamente.

El principal temor en el oficialismo surge por el efecto cascada que podría generar la polarización nacional en los comicios porteños, lo que le jugaría a favor al actual presidente del Club Atlético San Lorenzo de Almagro, quien, con bajo perfil, hizo una elección histórica, y desde el Ejecutivo capitalino, temerosos, comenzaron a diagramar los pasos a seguir para derrotar a Lammens cueste lo que cueste.

Es que Rodríguez Larreta, además de querer cumplir un segundo mandato en la Ciudad, quiere ser Presidente; es una ambición política que, con mesura, ha reconocido en numerosas declaraciones públicas. Sin embargo, la debacle política y económica a nivel nacional y provincial le modificó el escenario de manera radical. La triple reelección (Macri en Nación, Vidal en Provincia y él en Ciudad) comienza a esfumar el camino para que Larreta llegue cómodo al ansiado sillón de Balcarce 50 en las elecciones de 2023.

Pero el mandatario no se queda de brazos cruzados. Ya mantuvo encuentros con los más cercanos, sus legisladores de Vamos Juntos y los candidatos de la Ciudad, para marcar cómo seguirá de cara a los comicios de octubre. En la bajada de línea pidió intensificar los logros de su gestión, como lo hizo en las PASO, además de remarcar el (no tan cierto) slogan “obra que empieza, obra que se termina”; y bajaría la campaña de cercanía por WhatsApp, una medida propuesta por Marcos Peña (consistente en intentar convencer a los más cercanos indecisos a través de mensajes para que voten a Juntos por el Cambio). 

Hasta ahora Larreta dio la orden, a todo su gabinete y al legislativo, para que salgan a la cancha con la camiseta puesta, sin distinguir candidatos, ni partidos. Todos deberán hacerlo, hasta los funcionarios propios que quedaron sin lugar en las listas y que no tienen posibilidad de renovar, pero que anhelan ser ubicados en algún lugar del Ejecutivo. Es que como se preveía, desde Nación ya levantaron el tubo del teléfono para saltar la tranquera y pedirle al jefe de Gobierno volver a la Ciudad en caso de que Macri no pueda revertir la situación electoral.

Una de las estrategias de Larreta para sacar mayor ventaja a Lammens será apuntar al voto de los adultos mayores.

Hay que tener en cuenta que desde el Frente de Todos, también harán su juego. Desde el albertismo, enaltecidos por los resultados, consideran que por primera vez se le puede ganar la Ciudad al macrismo; y trabajarán para llegar lo más alto posible en las generales y ponerle la mayor cantidad de piedras en el camino a Larreta nacionalizando la campaña bajo el lema “Larreta es Macri”. 

Mientras, desde el equipo de Lammens analizan los resultados comuna por comuna -por primera vez, la oposición ganó elecciones en la 4 y la 8, ambas en el sur de la Ciudad (ver cuadro)-, para dilucidar en cuáles deben pisar fuerte. “Vamos a tratar de polarizar los barrios y que Alberto se los lleve puestos”, dijeron desde la oposición. 

Astuto, Larreta le habría anunciado al propio Presidente, en una cena en Olivos en la que participó sólo la mesa chica de Macri, que se despegará lo máximo posible de su figura y hará caso omiso a la bajada de línea de Marcos Peña en términos comunicacionanes, que los llevó al colapso electoral a lo largo y ancho del país.

Por su parte, una de las estrategias que llevará adelante Matías Lammens para ir al balotaje será nacionalizar la campaña. De esa manera tratará de bajar el 46% que obtuvo Rodríguez Larreta en la Ciudad.

Aunque el jefe de Gobierno porteño asegura que la brecha entre el sur y el norte de la Ciudad se achica cada vez más, los vecinos de las comunas del sur le respondieron con el voto en contra y se lo dieron a Lammens.  En la comuna 4 (La Boca, Barracas, Parque Patricios y Pompeya), el candidato del Frente de Todos sacó 47,20%, contra 31,40% del oficialismo; mientras que en la comuna 8 (Soldati, Villa Riachuelo y Lugano), la zona más relegada de la Ciudad obtuvo 40,30%, contra 36,18% para Larreta. Desde Uspallata evalúan que el voto en el sur fue condicionado por la situación económica nacional. Lammens trabajará para ganar la mayor cantidad de comunas posibles.

Fuente:Revistaque