El macrismo lo había adelantado: las vallas policiales que había puesto el kirchnerismo tenían los días contados y llegarían unas rejas fijas, tal como hay en otras plazas de la Ciudad. Y ese día ya llegó.

Este sábado por la tarde se empezó el nuevo cierre de la Plaza de Mayo. Muchos caminantes y turistas que circulan por este lugar histórico se vieron sorprendidos.

Las reformas están a cargo del Ministerio de Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires y forman parte de las “obras del eje cívico”, que incluyen también la Avenida de Mayo y el Congreso. Se trata de un trabajo consensuado con el Gobierno nacional y que demandará, por supuesto, millones de pesos.

Según informaron meses atrás, el PRO instalará rejas similares a las que rodean a la Casa Rosada y que tendrán tres puertas dobles, que solo estarán cerradas durante la noche y cuando haya manifestaciones (dato no menor en tiempos de humores sociales revolucionados por el ajuste y despidos).