El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires dejará formalmente inaugurado este lunes el Paseo del Bajo, un corredor vial de 7,1 kilómetros que unirá las autopistas Buenos Aires-La Plata, 25 de Mayo e Illia, el puerto y la terminal de ómnibus de Retiro, luego de poco más de dos años de obras.

La inauguración del nuevo proyecto ubanístico comenzó este fin de semana con distintas actividades. El sábado se realizó allí la carrera 5K Ciudad Verde, de la que participaron unas 10 mil personas y este domingo se desarrollan a modo de presentación para los vecinos distintas actividades que incluyen propuestas gastronómicas, juegos infantiles, shows musicales y una exhibición de autos.

Celebrando la pronta inauguración el presidente Macri publicó un texto en en el que se jactó de la transparencia en la obra pública de su gestión en contraposición al kirchnerismo "Todo ese dinero que los argentinos vimos en bolsos, en conventos, pesándose en departamentos, en bolsillos y carteras ajenas, era de todos."

Sin embargo, vale recordar que a fines del año pasado la Auditoría General de la Ciudad, a cargo de Cecilia Segura,  que revisó los papeles de la licitación de esta obra multimillonaria, encontró todo tipo de irregularidades que muestran como se desvió la licitación para que la gane el dúo Angelo Calcaterra-Marcelo Mindlin. El primero es el primo de Mauricio Macri, El segundo, uno de los empresarios predilectos del presidente.

Entre los principales disparadores para que la obra quedara en manos de Calcaterra-Mindlin, aparece una Circular Sin Consulta N 7 de AUSA, una sociedad anónima cuyo principal accionista es el Gobierno porteño. Ergo, lo que decida su presidente Carlos Frugoni, ex Cardenal Newman, es la voluntad de Rodriguez Larreta y Macri.
Técnicamente, Circular Sin Consulta es una decisión que toma AUSA sin que nadie se lo pida. Lo que hizo la N 7 fue fundamental para beneficiar a Calcaterra y Mindlin.

El Paseo del Bajo tiene tres tramos, A, B y C, que se licitaron por separado. El pliego de la licitación establecía dos cuestiones centrales. Una, que la empresa que ganara un tramo no podía competir en los otros. Dos, que los tramos se licitarían del más caro al más barato. El orden quedaba C-B-A. Primero el C, con un presupuesto estimado de 4.480 millones de pesos; segundo el B, de 2.350 millones; y tercero el A, por 1.870 millones. Estas dos condiciones tenían un objetivo: que se licite primero el tramo más caro y gane la oferta de menor valor. O sea, beneficiar al Estado. Lo que hizo la Circular Sin Consulta N 7, el 3 de noviembre de 2016, fue anular ese orden y así IECSA se quedó con el tramo C, por más de 3.000 millones de pesos, despejándole el camino de competidores a los cuales se les dieron tramos más baratos. 

Según consta en el informe que aprobó la Auditoría, el 14 de diciembre de 2016 (pocos días antes de que adjudicaran las obras), la Procuración General porteña dictaminó que se debía “verificar, previo a efectivizar la adjudicación, la capacidad técnica y económica del contratista para cumplir con las obligaciones”. Es decir, si Corsan Corviam iba a respetar el contrato, debido a los problemas económicos que enfrentaba, pero la advertencia fue descartada.

En noviembre de 2017 le rescindieron el contrato a Isolux por el tramo A, debido a demoras en la ejecución. En ese entonces LN había publicado que “AUSA comenzó a principios de octubre a hacerse cargo, directamente, de los pagos a los proveedores de Corsan Corviam para evitar mayores demoras mientras se resolvía la situación judicial de uno de los integrantes de esa unión transitoria de empresas (UTE), Isolux Corsán, en España, donde se encuentra en pleno proceso de quiebra luego de que se reveló el pago de coimas para conseguir obra pública en México. De ahí que se la comenzó a conocer como ‘la Odebrecht española’”. Esto ya se sabía, por eso la Procuración porteña pidió que se verificara si iba a cumplir pero fue desoída.

Con el nuevo informe de la Auditoría porteña a la vista, queda claro que descartaron la advertencia de la Procuración para que Isolux se quedara con el tramo A pese a todas estas complicaciones y despejar el camino del tramo C, el más jugoso, para IECSA.

En ese sentido Segura señaló otra anomalía: “Hay que aclarar una cuestión, que también es una irregularidad que la obra del Paseo del Bajo que finalmente se adjudica por 6400 millones, hoy no sabemos cuánto costó o cuánto le está costando a los argentinos porque en el pliego se establece que la obra se va actualizar mensualmente por inflación. Es decir que a las empresas se le va a garantizar mensualmente el ajuste por inflación: a las empresas en la obra del Paseo del Bajo se le garantizan que ganan o ganan”.

El otro actor principal de esta maniobra es Corsan Corviam, empresa española que desde 2004 forma parte del grupo Isolux. “Fue de público conocimiento que Isolux hacía presentaciones hostiles en todos los tramos, es decir que hacía ofertas muy bajas”, aseguró Segura Rattagan, presidenta de la Auditoría porteña, a El Destape. Si mantenían el orden del pliego, el tramo C primero, se la hubiera quedado Isolux y ya no podía participar de los demás.

Al invertir el orden, pasó lo siguiente. En el tramo A, Corsan Corviam (Isolux) ofertó 1.547 millones de pesos, un 13% menos del presupuesto estimado. IECSA, por su parte, ofertó 1.627 millones, un 17% menos. Todas las demás ofertas estuvieron por encima del presupuesto estimado por AUSA. Por ende, el tramo A quedó para Isolux y así no pudo participar del tramo C.

En la Ciudad, esto era sabido por varios funcionarios de la administración, que incluso explicaban que era imposible poner reparos para que Corsán-Corviam se quedara con el Tramo A, ya que la licitación internacional era con las reglas que puso el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que aprobó el préstamo de U$D 340 millones para la obra; a los que se le sumaron otros U$D 360 millones que financió el Ejecutivo porteño. Es que  para el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, esta obra es con la que busca dejar su sello.

"Al momento de emitir esa circular se habían presentado todas las ofertas y los sobres 2 estaban todos cerrados, por lo que no había forma de direccionar el proceso. Así que de ninguna manera se hizo nada para alterar el proceso, ni los ganadores", sostuvieron desde la cartera de Desarrollo Urbano y Transporte ante la consulta del portal Big Bang.

A eso se le suma que la Procuración General de la Ciudad le dijo a AUSA que tenía que volver a inspeccionar la capacidad técnica y económica del contratista para poder cumplir con las obligaciones derivadas de la misma.  “Lo que pasó ahí es que Astarloa se cubrió para no quedar expuesto”, explicó a BigBang una fuente al tanto de la situación. Esa, además, fue una de las conclusiones a la que llegaron los auditores en el informe y que fue votada el miércoles pasado en el colegio por 4 votos contra 3.

Cuando se abrieron los sobres del tramo C no hubo ninguna sorpresa. La oferta más baja era la de IECSA, que ofreció 3.183 millones de pesos, un 29% menos de lo que el Estado estimó que valía la obra. No fue caridad de parte, entonces, del primo Calcaterra. Ganó la licitación, que luego tendrá redeterminaciones de precios y ajuste por inflación, según denunció la presidenta de la Auditoría porteña. El informe además señalaba que no constan las actas de apertura de los sobres con las ofertas para cada uno de los tramos. 

La transparencia nuevamente, solo en el discurso.

Fuente:Nueva Ciudad/Revista Que