“Se fue rodeada de familia y de paz”: Conmoción en el cine argentino por la muerte de la icónica actriz María Duval

Murió María Mogilevsky, popularmente conocida como María Duval. La actriz que supo transformarse en un ícono del cine argentino y trabajó con figuras como Mirtha Legrand tenía 95 años, y estaba a días de cumplir 96. “Se fue rodada de familia, de paz y de tranquilidad”, aseguró Federico Grossman, uno de sus nietos.

La actriz, que hubiera cumplido 96 años la semana que viene, falleció en su hogar del barrio porteño de Belgrano este martes al mediodía, según confirmó su nieto y destacó que su abuela tuvo “una vida de sueño, rodeada de sus nietos y bisnietos”. “Ella quería estar en la casa y ahí fue donde se apagó, acompañada por su familia”, agregó.

Nació en Bahía Blanca el 17 de mayo de 1926 y ya desde chiquita recitaba poesías e interpretaba personajes en el colegio. Así comenzó una carrera que ella misma quiso terminar en 1948, después de haber filmado 21 películas. Fue por pedido de José Grosman, con quien se casó a los 22 años. Se conocieron en la fiesta de compromiso de una amiga en común: él venía de ver una pelea de boxeo y pese a que ella ya era conocida en su carrera, él no la ubicaba. Es que no veía cine argentino.

La invitó a bailar, aceptó y el resto es parte de una historia de amor de una pareja que formó una gran familia: tuvieron tres hijos, 12 nietos y 15 bisnietos. Cuando comenzaron su relación, él le había expresado que no estaba de acuerdo con que ella siguiera su carrera. Su primera reacción fue regresar a su casa llorando. En tanto, apostó por su pareja y abandonó a la actriz: sus últimos trabajos fueron en las películas Cita en las estrellas y El extraño caso de la mujer asesinada, que se estrenó en 1949, un año después de su casamiento.

En las entrevistas que dio años después de haberse retirado de la industria, María Duval aseguró que jamás se arrepintió de la decisión que tomó. Su vida siguió marcada por acciones benéficas: tuvo un comedor y durante más de 10 años trabajó para el Hospital Israelita.

Su marido murió hace casi 10 años. Y María siempre lo recordó con el mayor de sus amores. Lo acompañó y cuidó hasta último momento, cuando tuvo problemas de salud. También viajó por negocios de él, quien tenía un lavadero de lanas en la época en se exportaba la lana lavada. Así, conoció Persia, Japón y Hong Kong.

En abril de 2007, había sido declarada Ciudadana Ilustre de Bahía Blanca en el marco de los festejos por el 179 aniversario de su ciudad natal. Allí en donde dio sus primeros pasos cuando se ganó un curso de lectura para chicas en el Teatro Municipal y el director fue a buscar directamente a su padre para destacar su modo de recitar. “¿Por qué no lleva a la nena a la ciudad?”, le sugirió. Luego de analizarlo, viajaron juntos a Buenos Aires y María tuvo su primer trabajo en la antigua Radio Mitre. Y con tan solo 14 años fue la protagonista de Canción de cuna.

Días más tarde, ya estaba filmando El hermano José, junto a Pepe Arias. Y así llegó un éxito tras otro: Cada hogar un mundo, con Carlos Cores; Su primer baile, con Esteban Serrador; Los chicos crecen, con Arturo García Buhr; e Incertidumbre, con Pedro López Lagar.

Una de las anécdotas más impactantes de su carrera como actriz, y que ella tanto resaltó es de su trabajo para la película 16 años, de Carlos Hugo Christensen. Su personaje cumplía un rol dramático y sobre el final, quería quitarse la vida. Dicha escena se rodó en los bosques de Palermo, y ella se negaba a hacerla. Pero en aquella época no había dobles de riesgos, así que no tuvo otra opción que lanzarse al agua fría. ¿Cómo resultó? Airosa, recordó en su momento.

A su nieto Federico le tocó despedir a su abuela a la distancia ya que actualmente vive en Miami. Con pesar, pero tranquilo porque la querida actriz se fue en paz, se encargó de comunicar la noticia a sus seres queridos. “Hablo con gente para avisarle lo que pasó y no hay una sola persona que no me diga maravillas de ella. Y eso lo pude vivir yo las veces que la acompañé a recibir premios o reconocimientos. Eran un mimo al alma”, dijo Grosman.

Fuente: Infobae.com