Se cumplen 33 años de la muerte de Luca Prodan, el músico italiano que llegó a la Argentina para escapar de su adicción a las drogas y terminó creando una banda, Sumo, que revolucionaría la forma de hacer rock en el país. Tras su prematura muerte, sus compañeros no se atrevieron a seguir con el proyecto y formaron dos bandas paralelas, Divididos y Las Pelotas, que al día de hoy son de las más importantes de la escena del Rock Nacional.

Ricardo Mollo, líder de Divididos y exguitarrista de Sumo, suele ser reacio a dar entrevistas y menos aún a recordar con nostalgia y menos con morbo esas épocas, aún así en algunas notas logró abrirse y contar qué significó para él la mítica figura de Luca Prodan. “A mi viejo le decían Coco y yo a Luca le decía ‘Coquito” le dijo Mollo a Gastón Pauls en el año 2014 en el programa “Dos Solos”.

Mollo afirmó que Luca fue “la gran referencia” y que su mayor enseñanza fue “hagamos cualquier cosa”. “Fue el despertador, la persona que te hace así con una linterna y decís ‘ah mirá’ y te fuiste por ahí, después sacá el machete y hacete vos el camino”, recordó Mollo. En otra entrevista, esta vez con Matías Martin en la Televisión Pública, el músico habló del momento de la muerte del ídolo. “Fue muy dolorosa para mí, lo lloré mucho, durante mucho tiempo”.

“Fue un lamento. Me descubrí llorando, casi aullando, como un perro cuando percibe que alguien se fue”, reveló. “Desde que empecé a tocar en Sumo Luca se muere, y aún así los shows eran cada vez más explosivos “, dijo y contó que “tuvo todo un desarrollo musical que lo ayudó a estar un tiempo más acá, y hacer algo que seguramente vino a hacer, y después se fue”, recordó el líder de Divididos.

“Las personas se van cuando se tienen que ir, ni antes ni después», reflexionó el marido de Natalia Oreiro. Respecto al día del fallecimiento del italiano dijo: “Yo llegué desesperadamente al lugar donde estaba, y cuando lo vi, más allá del dolor, me tranquilizó verlo casi con una sonrisa”. “Me tiré encima, abracé el cuerpo frío porque hacía muchas horas que se había ido y lo tocaba… y cuando lo toqué sentí que tocaba un mármol por la frialdad. Apoyé mis dos manos sobre su pecho y me quedé un rato tratando de que se caliente ese cuerpo; lo pusimos arriba del colchón, y estaba casi con una sonrisa, como un Buda”, relató emocionado. “Yo me despedí ahí, viéndolo, no te pueden contar que alguien se fue y no verlo”, finalizó.

Dos solos - Ricardo Mollo (entrevista completa) ACUA Federal

Fuente: El Intransigente