En una época plagada de decesos importantes en la industria del cine, en la noche del miércoles se agregó un nombre más a la lista: se trata de Robert Downey, cineasta contracultural de 85 años y padre de la estrella de Hollywood Robert Downey Jr.

De hecho fue el propio hijo quien dio la noticia, recordando la figura de un director con el que trabajó en casi todas sus películas. Incluso cuando era apenas un niño, como en "Pound" (1970) o en "Viva la Academia" (1980), el padre reservó a "Bob junior" papeles de extra, como el de jugador de un equipo fútbol, todos sin acreditar.

Cabe destacar, que fue en "America" (1986) donde tuvo su primer papel destacado en un filme de su padre, al que acompañaría hasta el final de su carrera, con la memorable "Hugo Pool", de 1997, una casi absurda comedia americana rodada con escasos medios y con vocación de dar algo parecido a un pelotazo en taquilla.

La película, a la que se le intuye como un espíritu "espídico", se filmó en el momento culminante de la adicción a la cocaína de "Jr", en una época donde pocos se fiaban de la profesionalidad del intérprete, y donde nadie podía imaginar que dos décadas después se convertiría en la piedra angular de la franquicia más taquillera de la historia del cine.

"Anoche papá falleció tranquilamente mientras dormía después de años de soportar los estragos del Parkinson", contó Robert Downey Jr. en sus redes. "Era un verdadero cineasta inconformista y permaneció notablemente optimista en todo momento", explicó el hijo de un director cuya película más importante de toda su filmografía la firmó allá por 1969, "Putney Swope", una parodia muy seria sobre la fama, la televisión y el racismo inherente a la sociedad estadounidense que se hizo popular, sobre todo, por un polémico cartel en el que se veía una mano haciendo una "peineta" de cuyo dedo corazón nacía como una venus la figura de una mujer negra.

Pese a este "éxito" –moderado y solo reconocido por los círculos intelectuales–, no pudo alcanzar cotas más altas. En los ochenta se pasó a las comedias de serie B, como la mencionada "Viva la Academia" o "Labios de alquiler". Ya en los noventa se estancó con títulos que pasaron con más pena que gloria, como "Locuras de familia" o su "despedida", "Hugo Pool". Todas, por cierto, calificadas como para mayores de 18 años.

Como actor tuvo una carrera nada desdeñable, aunque lejos de las cotas que alcanzó su hijo. Quizá sus apariciones más llamativas las hizo de mano de su amigo Paul Thomas Anderson en "Magnolia" y "Boogie nights", con papeles testimoniales.

También productor, editor y hasta director de fotografía y aunque nada tan importante a ojos del Hollywood que lo acabó acogiendo entre sus filas, como dar la oportunidad a su hijo, cuya estrella acabó eclipsando la carrera del progenitor.

Fuente: Cronica.com.ar