Karina "La Princesita" sorprendió a sus seguidores en las redes sociales con un largo texto en el que se descargó sobre las cosas que tuvo que vivir. En el texto habló sobre su cuerpo y llamó a reflexionar acerca de los prejuicios y la violencia hacia las personas con sobrepeso u obesidad.

"Me pasaron cosas graves que sólo mi mamá conoce", aseguró la cantante en Intrusos. Habló de que tuvo deseos de dejar de vivir y de que le molesta que la acusen de ser susceptible o exagerada por hablar de lo que le pasa.

Karina reveló que sufrió abusos sexuales durante su infancia, y que ha trabajado durante toda su vida para poder superarlo. Agregó que cree que "le falta algo de amor propio por todo lo que le tocó vivir", ya que convivió con mucha gente que le fue cruel.

Con respecto a su relación con El Polaco, papá de su hija, dio a entender que le pidió que se disculpe por haber sido violento con ella.

Este fue el texto que compartió:

“Para cerrar el día de hoy quiero que sepan que este año yo me propuse varias cosas. Por mi hija y por todo aquel que ve la tele y se siente mal como me sentí yo, cuando se burlaban, y me faltaban el respeto. Sólo mi mamá y mis íntimos saben que quise morirme de tristeza… Que lograron que me odie por completo, que sentía bronca cuando inventaban y yo no tenía el valor para enfrentarlos. Porque a pesar de mostrarme fuerte me la pasaba llorando de la bronca. Y junté, y cuando me sentí capaz, hablé. ¿¿Y hoy todos se asombran?? A mí, que tengo un cuerpo normal, me decían gorda y se reían de mí. No saben lo que yo lloré, ¿y qué queda para los que sí lo son, eh? ¿No piensan? ¿Quién los hizo sentir superiores a otros? ¿Quién les dio el derecho de lastimar?”. Se quejan de la violencia, de los haters pero viven incentivando eso riéndose de la gente. ¿Y qué queda para los que están sufriendo por no cumplir con el estereotipo de la tele. Ya es hora que cambien el mensaje, ¿no? Que nadie es más que nadie, y que podrá gustarte o no el otro... Pero eso no te da derecho a rebajarlo, o faltarte el respeto, que podemos hablar pero tratándonos bien y que si los demás no están  hechos a nuestro gusto o antojo tenemos que aceptarlos igual. Que tu derecho de hablar termina en donde empieza el derecho del otro a ser respetado ¡Que un flaco hermoso puede ser exitoso y un gordo también! Que si uno encabeza una obra y el otro canta cumbia, que si es rico o si es pobre, que si es doctor o trabaja de limpieza, ¡somos todos iguales! Y nadie es más que nadie. Y que si uno empezó a hablar no es porque ahora es soberbio, o se sube a un pony o cambió. Tal vez se cansó. Y no hay nada mejor que pedir respeto haciéndolo con respeto”.

Fuente: Exitoina