El periodista Eduardo Feinmann nunca sorprende con sus apreciaciones sobre seguridad. Esta vez, horas después del fallecimiento del futbolista juvenil, Lucas González, quien recibió dos disparos en la cabeza por parte de policías de la Ciudad, ensayó una absurda explicación para justificar el accionar policial.

Ante el asentimiento de su compañero, Jonathan Viale, Feinmann explicó que se trató de un caso de doble "paranoia", casi emulando la teoría de los dos demonios. "Fijate en qué sociedad vivimos porque en ambos autos lo que se sintió es inseguridad", dijo. "Mutua", acotó Viale.

"Los jóvenes sintieron que venían delincuentes a atacarlos y los policías creían que eran delincuentes los que iban en el otro auto. Vos fijate la paranoia", se explayó.

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Lucas González murió esta tarde tras agonizar en el Hospital El Cruce, de Florencio Varela, y los familiares denunciaron que los efectivos "tiraron a matarlo" y que le "plantaron" un arma de fuego para simular un enfrentamiento.

Por otra parte, tres efectivos de la Policía de la Ciudad que participaron del hecho en el que fue herido el adolescente, un futbolista de las inferiores del club Barracas Central, fueron apartados de las tareas operativas en la fuerza y se les inició un sumario administrativo, informaron fuentes del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño.

El hecho ocurrió ayer a las 9.30 cuando, en circunstancias que aún son materia de investigación judicial, el adolescente y tres amigos se movilizaban en un Volkswagen Suran azul y, al detenerse en un kiosco situado sobre la calle Luzuriaga, de Barracas, fueron interceptados por efectivos de civil de la Comisaría Vecinal 4C quienes, según su versión, creyeron que iban a cometer un robo.

La policía dijo que los jóvenes se negaron a ser identificados, embistieron con el vehículo a dos efectivos y tras una persecución a los tiros que se extendió hasta el cruce de Alvarado y Perdriel, el futbolista fue hallado herido de dos tiros en la cabeza en el asiento del acompañante, dos de sus amigos fueron detenidos y un tercero escapó, aunque más tarde se presentó en sede policial con su madre y quedó aprehendido.

El Juzgado de Menores 4, a cargo del juez Alejandro Cilleruelo, separó a la Policía de la Ciudad de los peritajes y ordenó que todos los trabajos forenses fueran realizados por peritos de la Policía Federal Argentina (PFA).

El juez ordenó el secuestro de las armas reglamentarias de los policías que participaron en el hecho y que se les practiquen estudios de dermotest para determinar cuál de ellos efectuó disparos.

En tanto, desde la Coordinadora contra la Represión Policial Institucional (Correpi) denunciaron que se trata de un nuevo caso de "gatillo fácil".

"Otra vez la misma historia. La policía de la Ciudad disparó contra unos chicos que volvían de jugar al fútbol en Barracas. Uno de ellos está gravemente herido en el Hospital Penna. No es un confuso episodio, es gatillo fácil", publicó el organismo en sus redes sociales.

Fuente: Ámbito.com