“Pastelera apasionada”, y “Mamá de Juani” son dos de las formas en las que Samantha Casais, exparticipante de Bake Off Argentina, se describe en la biografía de su cuenta de Instagram. Lejos quedaron aquellos tiempos en donde el hostigamiento y las fuertes amenazas en las redes sociales casi le cuestan la vida.

En diálogo con Infobae, la concursante que había resultado ganadora en la edición 2020 del reality show de pastelería, pero que luego fue descalificada por ser acusada de fraude, habló sobre las consecuencias emocionales y psicológicas que le dejó el cyberbullying, y también develó cómo logró salir de aquel pozo depresivo para rearmar su vida personal y profesional.

Antes, repasemos qué fue lo que desencadenó el escándalo del año pasado y que provocó que Samantha se convierta en blanco de críticas y acoso extremo en las redes. Muchos recordarán –casi todo el país se prendió a la tele en los meses más crudos de la pandemia del coronavirus, cuando el reality show de pastelería tenía picos de rating impresionantes- que el show había sido grabado un año antes, en el 2019, por lo que la participante que miraba el programa a la par de los espectadores cada domingo ya sabía que al final resultaría la ganadora.

Sin embargo, pocos días antes de que la final de Bake Off se emitiera por Telefé, una persona compartió en Twitter una imagen de Samantha preparando un huevo de pascua para un especial de cocina de C5N, y otra foto del 2018 de la participante haciendo un rogel para el mismo canal de televisión. Las imágenes causaron asombro e indignación por parte de los internautas, que no tardaron en acusar a la participante de tramposa, justificando que no era una pastelera amateur.

A la brevedad, Twitter se había inundado de repudios e insultos. Como una bola de nieve imparable, los rumores de que era pastelera profesional y que tenía su propio negocio se dispararon y multiplicaron por mil. Se creó un hashtag, “Sachanta”, que se volvió trending topic en Argentina, mientras que “Samantha” llegó a ser tendencia mundial.

“Quemen a Sachanta”, fue una de las frases que Casais recordó durante la entrevista sobre las agresiones que recibía minuto a minuto. “Decían lo que se te ocurra: desde que me muriera, que mi familia se muriera, que era una persona horrible, que no ayudaba a mis compañeros, que devolviera el premio, cosas espantosas que todavía no me entran en la cabeza”, expresó.

Por si fuera poco, salió a la luz una acusación por “homicidio culposo” por la muerte de un anciano jubilado en un accidente ocurrido en el 2017. Una nueva categoría con la que debía cargar sobre la espalda: el insulto de ser llamada “asesina”. El resultado del escándalo nacional que tenía en vilo a miles de espectadores fue que Telefé regrabara la final de la manera más cínica: al comienzo del episodio, el canal enseñó cómo Samantha ganaba el premio, y en los minutos finales, la parte “novedosa”, cómo el jurado se lo quita de las manos y le exige una disculpa.

De acuerdo con Infobae, Samantha aún no había cobrado los 600.000 pesos del premio, por lo cual no tenía nada que devolver. Luego, reconoció que se equivocó en un punto, pero también explicó que el problema había explotado por un malentendido.

“Decían que yo tenía experiencia y no era amateur porque trabajaba en la televisión. Para que sea un trabajo te tienen que pagar y yo había ido dos veces a la televisión, una a hacer un huevo de pascua y otra a hacer un Rogel, siempre de invitada”, aclaró. Sin embargo, cree que tuvo que haber puesto que “no” cuando le preguntaron si tenía experiencia gastronómica, “porque era un reality de tortas y yo entendí que se referían a experiencia en pastelería”. Y es que ella ya había trabajado como “ayudante de cocina, sacaba sandwiches y entradas”.

“No quería existir más. Era tal el hostigamiento que no había manera de frenarlo. El único momento de descanso para mi cabeza era la noche, porque sabía que todo el mundo dormía y no me podían atacar, pero cuando empezaba el día de nuevo era como ‘ay, no, otra vez, me van a empezar a decir esto, lo otro, voy a estar en el noticiero’, y me generaba ansiedad, ataques de pánico. Dormía 2, 3 horas y me despertaba con un dolor de estómago impresionante”, apuntó Samantha, visiblemente afectada por el doloroso recuerdo.

Y continuó: “Llorar, lloraba todo el día, imagínate que están haciendo una imagen tuya que no es real y que todo el mundo la cree, entonces vos decís ¿cómo hago contra todo el mundo?, ¿cómo hago para explicarle al mundo que no soy esa persona que dicen que soy?”.

Fue entonces cuando sintió que tocaba fondo y pensó en la salida terminal a su dolor. Contó que mientras su novio había salido a hacer las compras, llenó la bañera, se sumergió y dejó correr el agua. “Estaba como…en blanco, lo único que pensaba era ‘¿cómo hago para morirme y no sufrir?’, para que sea rápido. Después dije ‘no, ¿y las personas que quedan acá?’, ‘¿y mi novio?, ¿y mi mamá? ¿y mis hermanos?’. Fue como decir ‘no, pará’, pero a la vez sí quería, sí quería, pensaba: ‘Bueno, si yo me muero esto se termina acá’”, recordó Samantha. Cuando su pareja regresó la encontró en un estado de shock con el baño lleno de agua, y la pastelera repetía en susurros: “no quiero vivir más”.

“Realmente no sentía nada adentro, estaba… No sé, es horrible la sensación porque no la puedo describir, pero lo único que quería era no estar más en ese momento ahí, viva digamos. Me daba lo mismo si me moría o si no, estaba como una planta”, explicó a Infobae. Lo que siguió fue iniciar sesiones con una psiquiatra que la medicó contra la depresión y le ordenó desconectarse por completo del mundo cibernético.

Renacer de las cenizas y volver a intentar

Con el correr del tiempo y el sostén de sus seres queridos, el estado anímico de Samantha se normalizó y su espíritu se fortaleció. Pensó en abandonar la pastelería y dedicarse a los números como contadora, otro rubro que le apasiona. No obstante, contó al medio, cuando a mediados del 2020 se enteró que estaba embarazada, su vida cambió rotundamente.

“Creo que el de arriba me dio una tregua y Juani llegó a nuestras vidas para traernos el amor que nos faltaba”, relató Casais, en referencia al pequeño bebé de cuatro meses que hoy es protagonista de casi todas sus fotos en Instagram. “Haber sido mamá me fortaleció mucho. Ya no me banco tanto algunas cosas, respondo, estoy más segura de quién soy. Ese personaje ficticio que hicieron de mí ya no me lo creo", completó, sepultando para siempre el estigma de "Sachanta".

Por otra parte, explicó que ya no se "hostiga" a sí misma con las críticas que recibe por lo que pasó en el reality show, y opinó: "Ahora me enojo con la situación (...) Pienso que si algunas personas tuvieran la oportunidad de conocerme, aunque sea un 10% de la persona que soy, me pedirían disculpas". 

Asimismo, la exparticipante de Bake Off contó que aprovechó su propia experiencia para hablar en sus cuentas virtuales sobre problemáticas vigentes, como el ciberacoso en las redes sociales. En particular, el pasado 5 de diciembre, se solidarizó con Joaquín Nahuel, el pequeño pastelero de 10 años que fue víctima de agresiones de twitteros. El joven tiene quemaduras en su cuerpo debido a un accidente doméstico, y según contó su mamá cuando decidió cerrar su cuenta de Twitter, "le dijeron pastelero discapacitado, que su brazo no es lo único deformado y que sus tortas estaban tan quemadas como él".

“¿Mi pregunta es hasta cuándo? ¿Cuál es el límite? Si es que existe alguno... ¿Con qué derecho rompen los sueños y hasta qué punto eso les parece divertido? Y estoy segura de que en este posteo tendré heaters que dirán mil cosas: desde que me quiero colgar de esta situación para reaparecer y mil cosas más que no se me ocurren porque no tengo la mente tan retorcida pero ¿saben una cosa? YA NO ME AFECTA, NO ME INTERESA, porque volvieron de piedra mi corazón, y esas palabras crueles ya no me atraviesan por más que el fin sea destruir personas y con ella sus sueños. ¿Pero a un nene? ¿En serio? ¿El ser más puro que existe en el planeta tierra es un niño y se atreven a meterse con él? ¿A intentar romper sus sueños? ¿A crearle inseguridades? ¿Quipenes se creen que son? ¿Qué tan poderosos se creen?”, expresó Casais en su red social junto a una foto suya junto a Carmen Barbieri y el protagonista de su posteo.

Al día de hoy, Casais disfruta de cocinar tortas y preparaciones dulces a pedido, en programas de televisión, y en sus redes sociales. A la par, se muestra sonriente y en armonía en su nuevo proceso de la maternidad junto a su novio.

Fuente: Cronica.com.ar