El entrenador Pablo Motta, identificado con Nueva Chicago al igual que su padre Rodolfo, falleció luego de contagiarse de COVID y de sufrir complicaciones renales en el Sanatorio Itoiz, de Avellaneda.

Motta, de 52 años, estaba internado desde hacía más de un mes.

La muerte del infortunado DT fue confirmada por la Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino (ATFA), a través de su departamento de prensa.

El propio club, minutos más tarde, expresó su dolor por la noticia y remarcó que “acompaña a la familia y allegados en este difícil momento”, a quien calificó como “un gran hincha, querido y respetado por todo Nueva Chicago”.

Emblema de la institución ‘verdinegra’ de Mataderos, al igual que su padre Rodolfo (que murió en agosto de 2014), Pablo comenzó su carrera de entrenador desempeñándose al lado de Hugo Zerr, de quien fue su ayudante de campo (1991), cuando el equipo subió a la Primera B Nacional.

Pero luego, el menor de los Motta sintió la necesidad de trabajar en familia y empezó como ayudante de campo de su padre Rodolfo en Ferro (1994). Posteriormente estuvo en Almirante Brown de Arrecifes (Argentino A) y Emelec de Ecuador, donde se consagró campeón junto a su padre.

Pero el espaldarazo en el club de sus amores lo consiguió Pablo en el Clausura 2006 de la B Nacional, cuando Nueva Chicago obtuvo el ascenso a Primera con Rodolfo como DT principal y su hijo como primer colaborador, en una recordada final con Belgrano de Córdoba (3-3) en la que hizo pesar el 3-1 alcanzado en el duelo de ida.

Después, ya independizado de su papá, Motta empezó como DT principal en Atlas (Primera D) en 2010.

Dirigió a Nueva Chicago en algunos interinatos (2013, 2016) y luego retornó al club de Mataderos por la temporada 2019, cuando se unió al periodista Rodolfo De Paoli, de quien fue su primer colaborador. Hasta que en diciembre de ese mismo año resolvió alejarse para permitir la llegada de Facundo Alvenazzi.

Fuente: Ámbito.com.ar