El 9 de abril de 2021 Matías Caruzzo fue diagnosticado con coronavirus. Dos días después le confirmaron que la enfermedad había desarrollado una neumonía bilateral en su cuerpo. Hoy, más de un mes después, el exfutbolista de Boca, San Lorenzo y Rosario Central que hoy forma parte del plantel de Argentinos Juniors, aún no tiene el alta.

En una impactante entrevista con TyC Sports, el defensor de 37 años contó cómo fueron sus días desde que supo que había contraído Covid-19 hasta estos días en los que espera poder recuperarse para poder retirarse adentro de la cancha.

“El primer síntoma fue en Semana Santa. Estaba tomando helado y no le sentí el gusto. Después estuve tres días con fiebre, dolores de espalda, de cuello, de cabeza. Al cuarto día la fiebre no me bajaba con nada. Al quinto me hice una tomografía en la que se detectó una neumonía bilateral con compromisos en los bronquios. Y a partir de ahí comenzaron las complicaciones, el miedo a no saber cómo iba a evolucionar. Gracias a los medicamentos evolucioné bien y pude hacer el tratamiento en mi casa”, contó el defensor.

Sus textuales más destacados

La primera tomografía me la hicieron el 9 de abril. Después a los 20 días hice otro estudio. Ahora estoy mucho mejor pero todavía se manifiesta un grado menor de infección en los pulmones, que por suerte está desapareciendo. No tengo el alta como para competir: sí para poder entrenar.

Perdí peso por no poder moverme. Estaba todo el tiempo sentado, acostado, no tenía hambre. Muchos dicen que es una gripe normal pero la verdad que no lo es. Yo siempre le tuve respeto.

Lo que ocurrió es que en mi cuerpo fue muy invasivo el virus. Fue mucha la carga viral. La doctora que me atendió en la clínica me dijo: “Una persona como vos de 37 años, sin tener tu actividad y además fumadora, hoy no la cuenta”.

Al cuarto día de tomar la medicación comencé a sentir una mejora. En realidad, a mí no me internan porque se atacó el virus rápido. Los médicos me dijeron que si tardaba un día más terminaba en una internación.

Tuve miedo. Sobre todo después de lo que me dijo la doctora, porque tuve dolores en el pecho, dolores raros. En las manos y los pies sentía pinchazos. Y después porque ves que se muere gente conocida.

La verdad hay que tomar conciencia porque el virus está más violento. A mí me pegó fuerte. No tenía ganas de hacer nada, me tenía que sentar, y no podía caminar porque me agitaba. No podía subir las escaleras. Lo hacía de forma lenta porque sentía palpitaciones. Necesitaba estar tranquilo. No tenía sueño.

Ojalá se tome conciencia. Pasan cosas insólitas en nuestro país. Los intereses políticos y personales pesan más que las decisiones que se deben tomar realmente. Y en esta puja estamos nosotros. Creo que no son buenos los extremos.

Estamos en una pandemia, hay gente que no tiene para comer, y hay gente que la está pasando mal desde el punto de vista de la salud. La responsabilidad también es de cada uno. Todavía hoy me pasa que veo gente sin barbijo. El tema es empatizar con el otro.

Las burbujas, para mí, no funcionaron. No sólo en el fútbol, tampoco en los colegios. A nosotros nos hisopaban, nos íbamos a casa y esperábamos entre 24 y 48 horas los resultados. Si nos daba negativo íbamos a la concentración y estábamos 12 días todos juntos. Pero el tema era la ventana que había desde el hisopado hasta la concentración. Y ahí ya pasa por una cuestión de cuidado de cada uno.

El año pasado cayó un compañero con síntomas y ese se llevó a ocho. Ahora también estuvo difícil. Es complicado de manejar. Hoy se volvió a una fase 1, pero no todos los vestuarios tienen las distancias necesarias. Y va a seguir ocurriendo.

Cada vez estamos peor y algunos todavía piensan en que asista el público a la Copa América.

En el último tiempo no la pasé bien por no jugar. Desde que volvimos en enero a los entrenamientos tuve una lesión en la rodilla. La recuperación costó, intenté jugar, pero este problema no me dejó estar bien.

La idea es que una vez que tenga el alta, ver si para los dos últimos partidos de la Copa puedo estar a disposición del cuerpo técnico. Después entramos en un receso en donde a la vez se me termina el contrato. Ahí voy hacer un análisis y ver qué es lo que quiero.

Me pasó de hablar con Gabi Milito y decirle no puedo y quebrarme. Es un momento para ponerme bien para estos dos partidos, ver cómo me siento y qué quiero. De todas formas, estoy contento con el recorrido que hice. Agradecido con los clubes y con el fútbol, que me dio mucho más de lo que soñé.

Fuente: TN.com.ar