El día viernes autoridades de la empresa comunicaron a los trabajadores de la planta BGH de Tucumán que la fábríca cerraría, dejando en la calle a 40 personas.

La razón que motivó el cierre es, principalmente, la falta de trabajo en relación a la principal actividad que era la fabricación de celulares. En este sentido, la crisis de la empresa empezó cuando el Gobierno nacional impulsó una política de apertura a las importaciones.

"Desde que asumió Macri la empresa se convirtió en importadora”, explicó José Pavón, delegado gremial.  "Lo que nosotros fabricábamos ahora se importa de China o de otros países”, agregó.

En este sentido, los trabajadores denunciaron que esto corresponde a un plan que viene implementándose desde hace dos años. En diciembre de 2015 cuando asumió Macri, la planta contaba con 240 personas que realizaban distintas tareas. La mayoría fueron cesanteados por etapas, y la decisión que comunicaron el viernes es que despedían a los últimos 40 trabajadores que permanecían activos.

La política de apertura de importaciones tuvo graves consecuencias en la empresa. Otro caso es el de Río Grande, donde los empleados tuvieron que aceptar el congelamiento de sueldos por los próximos dos años bajo el compromiso de que no habría despidos.

En este contexto, solo las fábricas de Río Grande y Buenos Aires continuarán operativas.