El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, salió este sábado a caminar por las calles de Brasilia y recibió cacerolazos, insultos y gritos de apoyo de vecinos que se encuentran cumpliendo aislamiento social contra el coronavirus.

El mandatario fue a visitar en su departamento al general en actividad Luiz Eduardo Ramos, su ministro de la Secretaría General, y provocó aglomeraciones de vecinos. Bolsonaro escuchó por primera vez cacerolazos en el ala sur del distrito federal cuando salió de la casa de su ministro, pero también gritos de 'mito' por parte de seguidores.

Sin embargo, Bolsonaro no apuró el paso y hasta se detuvo en un puesto para comprar y comer un "cachorro quente", como se llama en Brasil a los panchos. El polémico funcionario recibió este sábado en el Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial, a youtubers que defiende ideas de derecha, quienes lo respaldaron.

Bolsonaro salió a comer panchos y fue insultado por una multitud.

Fue una respuesta al escándalo generado por la divulgación de un video de una reunión de gabinete en la cual el mandatario se queja porque los órganos del Estado no le consiguen información sobre investigaciones contra su familia y amigos.

Forma parte de la investigación por obstrucción de la justicia que el Supremo Tribunal Federal (STF, corte suprema) realiza sobre Bolsonaro, acusado por su ex ministro Sérgio Moro de intentar manipular a la Policía Federal para proteger intereses personales y familiares. Bolsonaro, también en Brasilia, fue a visitar a su hijo Jair Renán, el único de sus descendientes varones que no tiene cargos políticos.

Fuente: Crónica