Treinta y cinco años después de que la planta de energía nuclear de Chernóbil en Ucrania explotara y provocara el peor accidente nuclear del mundo, ahora se han detectado nuevas reacciones nucleares, donde se está quemando lentamente masas de combustible de uranio profundamente enterradas.

“Es como las brasas en una barbacoa”, explica Neil Hyatt, químico de materiales nucleares de la Universidad de Sheffield, informa la revista Science.

Los científicos tratan de determinar si las reacciones desaparecerán por sí solas o si requerirán intervenciones extraordinarias para evitar otro accidente.

Hay sensores que están detectando un número creciente de neutrones, señal de fisión, que procede de una sala que es inaccesible por sus niveles de radiación, según informó Anatolii Doroshenko, del Instituto de Problemas de Seguridad de las Plantas de Energía Nuclear (ISPNPP) de Kiev, Ucrania.

Por su parte, Maxim Saveliev, del Instituto de Problemas de Seguridad de las Plantas Nucleares en Kiev, dijo: “Hay muchas incertidumbres. Pero no podemos descartar la posibilidad de un accidente”, explica el mismo.

El sarcófago de hormigón y acero creado en 1987 para controlar la radiación, ha dejado pasar con el tiempo el agua de la lluvia, un fluido que ralentiza los neutrones y, por lo tanto, aumenta sus probabilidades de golpear y dividir núcleos de uranio.

Sin embargo, en algunos lugares, los neutrones comenzaron a crecer nuevamente, casi duplicándose en cuatro años en la sala 305/2. “Es como las brasas de una barbacoa”, dice Neil Hyatt, químico de materiales nucleares de la Universidad de Sheffield. A medida que el agua continúa retrocediendo, el temor es que “la reacción de fisión se acelere exponencialmente”, añade Hyatt.

Los expertos señalan que no hay posibilidad de que se repita lo ocurrido en 1986, cuando la explosión y el incendio generó una nube radiactiva sobre Europa.

Fuente: mundodeportivo.com/