En una entrevista a la radio Jovem Pam, Bolsonaro volvió a criticar la "industria de las demarcaciones" de tierras indígenas en Brasil, porque afirma “impiden el desarrollo de la región”. Defendió así que los indios y los descendientes de esclavos puedan "vender o explotar" sus tierras como "consideren mejor", como si ese fuera el deseo de las comunidades.  

Bolsonaro mecionó la riqueza mineral del estado de Roraima, (fronterizo con Guyana y Venezuela) y en su visita a Estados Unidos, le trasladó al presidente Donald Trump su deseo de explotar la región amazónica de forma conjunta: "Las demarcaciones de tierra que pueda revisar, las voy a revisar", aseguró, quien puso en tela de juicio algunos de los informes que permitieron la delimitación de reservas indígenas en Brasil, considerando la zona un “latifundio improductivo”.

La medida fue criticada por organizaciones defensoras de los pueblos indígenas de la Amazonia, a las que el mandatario ha acusado de "explotar y manipular" a los indios, por la Fiscalía General de Brasil, que considera inconstitucional la política indigenista defendida por el nuevo Gobierno, y por grupos ambientalistas que advierten que el proyecto de Bolsonaro pone en peligro una región del Amazonas que es un mosaico de áreas indígenas, quilombos y unidades de conservación de gran importancia, no solo para la población que vive allí sino para todo el planeta. Actualmente hay más de 180 pueblos indígenas diferentes y miles de comunidades locales que habitan en la Amazonia brasileña. Su existencia y forma de vida dependen del bosque. Existen 426 territorios demarcados en Brasil, establecidos en la década de 1980 para uso exclusivo de sus habitantes indígenas, y el acceso de forasteros está estrictamente regulado. La vida de los pueblos nativos de la Amazonia está siendo amenazada en un grado no visto en décadas por las políticas del presidente brasileño.

FUENTE: TeleSUR

 

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