Un día después del comunicado en video con el que ETA anunció oficialmente su disolución, y dos días después de anunciar ese mismo final en una larga carga, la banda terrorista vasca fue este viernes por su tercer y último acto de despedida: un encuentro Cambo les Bains, una pequeña villa del País Vasco francés, con representantes internacionales, políticos vascos, líderes sindicales y sociales, quienes certificarán la extensión del grupo.

La interminable despedida de ETA, dio tiempo a que el jefe de gobierno español Mariano Rajoy saliera hablar al respecto con tono triunfante.

Aseguró este viernes que la democracia española "venció" a la organización separatista, y sostuvo que "no hubo ni habrá impunidad" por sus delitos, al tiempo que recordó a todas sus víctimas "sin distinciones ni categorías". Lo hizo en una declaración institucional desde La Moncloa.

El evento comenzó con un minuto de silencio en honor a "todas las víctimas" del conflicto vasco, que dejó más de 900 muertos, en su gran mayoría en atentados perpetrados por ETA, desde sus primeras acciones en 1968 hasta el cese de su actividad armada, el 20 de octubre de 2011.

"Hoy es un día de celebración y creo que vamos a recordarlo", aseguró Brian Currin, abogado sudafricano que lidera el Grupo de Internacional de Contacto (GIC), al inaugurar el encuentro.

"Es la primera vez en varias décadas, en la que todos los vascos están juntos. Algunos pueden tener miembros de ETA en su familia o piensan que era un movimiento de liberación, mientras otros creen que eran terroristas y asesinos", añadió.

Currin subrayó que el "proceso de paz" en torno al conflicto vasco "es único" porque "salió de las raíces". "Aunque el gobierno se negó a participar, la sociedad civil quería un proceso de paz. Y por eso tuvimos el papel de catalizador, tanto de contacto o cuando tomaba una dirección errónea", remarcó.

Además, insistió en que a partir de ahora, con la disolución de ETA, se crea un espacio para "buscar soluciones para las consecuencias de la violencia", algo que es "necesario para la paz".

Currin y el ex jefe de Interpol británico Raymond Kendall fueron los anfitriones por parte del GIC, principal impulsor del proceso que llevó a la desaparición de ETA, el último gran grupo armado de Europa.

Detrás de la organización de la cita también estuvieron los movimientos civiles Bake Bidea y Foro Social Permanente, que se formaron para impulsan un "proceso de paz" en torno al conflicto separatista vasco.

Por parte de España, participaron el presidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Andoni Ortuzar, y el histórico líder de la izquierda abertzale (patriótica vasca) Arnaldo Otegi, y representantes de todos los partidos franceses en el País Vasco francés, menos el Frente Nacional.