Originalmente, la obra realizada en el siglo XVI contaba con un cromatismo típico del arte medieval. "Después de su reciente restauración, los colores de la figura se acercan más a la estética pop art de Andy Warhol y el rostro del santo recuerda a la fisonomía de una figura de Playmobil", se lamentan en el diario español La Vanguardia.

En el proceso de restauración recubrieron la obra con yeso, de manera que la escultura perdió los detalles de la armadura, que según los profesionales del sector, era lo más emblemático, ya que “permitía reflejar la evolución del armamento medieval navarro”.

La propia Karmacolor, la pequeña escuela de manualidades que tuvo a cargo la "restauración", colgó en Facebook el proceso llevado a cabo con la escultura.

Fuente: Clarín