El ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue encarcelado el sábado por noche en Curitiba. Ocurrió luego de que la Justicia, presionada por el comandante en jefe del Ejército, ordenara el cumplimiento efectivo de los 12 años de prisión a los que fue condenado por casos de corrupción y lavado de dinero.

La imagen es impactante y da vueltas al mundo: miles de simpatizantes se reunieron en la puerta del Sindicato de los Metalúrgicos para apoyar a Lula y rezar juntos por él.

"Voy a cumplir la orden de cárcel (...) y cada uno de ustedes se transformará en un Lula", dijo el ex mandatario del Partido de los Trabajadores (PT) que supo convertirse como uno de los máximos referentes del populismo en Latinoamérica y que ahora se encuentra frente a un claro golpismo en su país.

Lula, de 72 años, siempre negó los cargos y había apelado este fallo condenatorio pero -tras un pedido desde las Fuerzas Armadas- el juez Sergio Moro no dio a lugar y terminó ordenando su captura. "Lula fue condenado por lavado de dinero y corrupción. Es preciso ejecutar la sentencia. No veo ninguna razón específica para aplazarla", dijo Moro a la China Global Television Network (CGTN).

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