El Senado sancionó este miércoles de forma unánime la ley que propone negociar una postergación de los pagos a los bonistas y el FMI reclamada por Martín Guzmán, cuya visita a la sesión bicameral figura en el cronograma para dicha negociación publicado por el Ministerio de Hacienda.

Hay mucha expectativa en la exposición de Guzmán porque nunca fue al Congreso y envió al subsecretario legal Christian Dellepiane para exponer sobre la ley de la deuda, con la instrucción de no involucrarse en aspectos financieros.

Este miércoles, mientras el Senado debatía la ley con largos discursos, Alberto Fernández decía en una conferencia ante estudiantes parisinos que tenía un plan económico pero no lo adelantaría por una cuestión estratégica. Durante el debate en Comisión, la oposición dejó claro que Guzmán será reprendido por la oposición si responde igual.

La bicameral de deuda, creada en 2016 en la misma ley que aprobó el pago a los holdouts, no sólo tiene la misión de evaluar los pagos futuros sino el volumen y los motivos del endeudamiento. Ahí es donde el ministro tiene cómo pegarle a Cambiemos, que ya prepara su defensa. 

La sesión tuvo larguísimos discursos y duró casi nueve horas, porque Oscar Parrilli rompió el hielo con duros ataques a Macri y habló el doble del tiempo que tenía asignado.

Cristina Kirchner no estaba al frente de la sesión para ordenarlo al estar a cargo de la presidencia por el viaje de Fernández a Europa y la coordinación del debate estuvo a cargo de la presidenta provisional Claudia Ledesma, la ex gobernadora de Santiago del Estero.

"Venimos a colaborar y nos encontramos con insultos. Tienen que tener la responsabilidad de ser oficialismo", se indignó Luis Naidenoff, jefe del interbloque Cambiemos, que el viernes había ratificado el respaldo para sancionar la ley y cumplió. 

El oficialismo tiene mayoría propia pero como en el Senado los dictámenes deben esperar una semana para llegar al recinto, sólo podía aprobarse hoy con la ayuda de la oposición. Y la tuvo: la ley se aprobó con los 65 presentes. Uno de los ausentes al momento de votar fue Carlos Menem, pero estuvo para dar quórum y escuchar parte del debate, siempre con la asistencia de su hija Zulema. 

La ley nunca presentó grandes objeciones para la oposición y hasta algunos de sus referentes la creían innecesaria.  El principal instrumento que necesitaba Guzmán es la prórroga de jurisdicción extranjera, esto es, la posibilidad de emitir bonos en el exterior en estos casos como parte de una renegociación de títulos radicados fuera del país.

Guzmán queda empoderado para reformular los contratos con los bonistas o el FMI, pero sólo si mejora el plazo o el monto de la deuda, como ya indica el artículo 65 de la ley de administración financiera, que en 2018 Mauricio Macri intentó derogar sin éxito.

Se fija un techo de comisiones bancarias de 0.1%, se eximen impuestos locales para cualquier operación y hay una protección a activos locales, para no arriesgarse a embargos como el de Fragata Libertad, varada en Ghana en 2014 cuando los fondos buitres acorralaban a Cristina Kirchner en New York. 

El debate giró en torno a las responsabilidades por la abultada deuda externa: mientras los oficialistas detallaron su incremento durante el Gobierno de Macri, sus legisladores repitieron una otra vez que dos terceras partes de esos fondos se usaron para cancelar deuda vieja y el resto hacía falta para cubrir el déficit fiscal heredado.

Fuente: La Política Online