Es una de las mayores apuestas de la gestión de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires. A pocos días de su arribo a la Cámara de Diputados, fuentes del propio cuerpo legislativo confirmaron que finalmente el proyecto “se enviará a pasear por las comisiones, para muy posiblemente quedar archivado en algún lado”.

La iniciativa tiene toda la presión de la gobernadora, quien vivió en carne propia los infiernos de las adicciones al juego, para ser aprobada, pero sin embargo la gestión de los responsables del turf bonaerense y de los diputados de la oposición dieron por tierra cualquier posibilidad de ser votada y convertida en ley.

El proyecto proponía el fin del millonario subsidio que recibía el sector hípico y ya había sido aprobada en el Senado. Sin embargo, el receso invernal le dio la oportunidad a numerosos grupos de influencia en la industria de explicar una verdad que la gobernadora solo había contado a medias: el dinero de dicho subsidio no viene, como lo sostuvieron algunos legisladores de Cambiemos, de los impuestos de los ciudadanos, sino que es un porcentaje ínfimo de la recaudación del juego en la provincia. No hay nadie financiando al juego, ni un gobierno ni un ciudadano, sino que es el propio juego el que recauda para el turf.

De este modo, el dinero que no va al subsidio del turf no iría a parar, como se sostuvo desde la bancada de Cambiemos, “a hospitales, escuelas y patrulleros”, sino a los bingos, casinas y salas de juego. Incluso, los propios diputados peronistas sostuvieron que los verdaderos beneficiados serían Daniel Angelici y Cristóbal López, quienes verían con beneplácito caer los hipódromos de La Plata y San Isidro.

A contrarreloj, comenzaron las conversaciones informales en las que el oficialismo busca alternativas y consensos que le permitan el retorno de los votos fugados. Saben que pende sobre sus cabezas la orden de la gobernadora Vidal y temen tener que informarle el fracaso. Tampoco pueden crearle modificaciones al proyecto, dado que ello implicaría que vuelva a Diputados y los tiempos se alarguen aún más.

Allegados a la presidencia de la Cámara aseguraron que “la ley está virtualmente caída, ya casi no tiene oportunidades”. Ellos lo saben mejor que nadie. Del otro lado de la vereda se plantan pesos pesados de la política y de la industria del turf: el ex presidente de la Cámara de Diputados, Horacio González; el ex titular de Lotería y Casinos de Cambiemos, Eugenio Melitón López; el intendente y amigo personal de la gobernadora, Gustavo Posse; el gremialista, Omar Alegre; y numerosas agrupaciones de trabajadores quienes ven en la ley una sentencia de muerte para la actividad.

El proyecto, que se transformó con el correr de los meses en una cruzada personal de la gobernadora Vidal y el ministro Hernán Lacunza, pareciera haberse chocado contra el poder de lobby y la muñeca política de los dirigentes peronistas, quieren supieron jugar a su favor los endebles argumentos de la bancada Cambiemos y dejaron a pie a una iniciativa que proponía comprometer seriamente el trabajo de poco menos de 300 mil personas que, al día de hoy, viven de la actividad hípica.

Fuente: www.REALPOLITIK.com.ar