En el día de ayer se conoció la renuncia del juez Jorge Ballestero a su cargo en el fuero Federal.

Esta noticia es una de las consecuencias esperadas tras el fallo que, junto a la firma del juez Eduardo Farah, aprobóla excarcelación de los dueños del Grupo Indalo, Cristóbal López y Fabián De Sousa.

La cruzada del macrismo sobre Comodoro Py  se veía venir. Hace dos semanas, el Consejo de la Magistratura aprobó el traslado en preferencia de Farah a un Tribunal oral Federal de San Martín.

La persecución sobre ambos jueces deja como clara consecuencia que, todas las causas de alta repercusión política queden bajo control de jueces amigos de Cambiemos.

La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal está compuesta por seis jueces divididos en dos salas. El operativo oficialista para copar el fuero federal dejó como resultado que la Cámara quede compuesta con 2 de 6 jueces, uno en cada sala y cuatro vacantas.

Una de las salas la ocupa Leopoldo Bruglia quien fue nombrado a dedo por Cambiemos. En la otra sala se encuentra uno de los principales operadores del macrismo el juez Martin Irurzun. Dos de esos lugares pertenecian a Farah y Ballestero, el tercero quedó vacante tras la renuncia a comienzos de año de Horacio Cattani. El cuarto es el que pertenecía a Gabriel Cavallo, vacante hace 10 años.

Mariano Llorens suena fuerte como uno de los nombres propuestos por el presidente para acompañar a Bruglia en la Sala I. Aún se desconocen los otros candidatos que, conforme a los deseos del oficialismo,  propondrá Macri para obtener una Cámara Federal amarilla.

La cruzada contra algunos de los jueces de Comodoro Py tiene ya un tiempo. El juicio político enfrentado por Eduardo Freiler y su posterior destitución fue apenas un muestra. Estas circunstancias se suman a los eventuales "fogoneos" que desde el diario Clarín se impulsan. En estos casos, las salidas más "limpias" adoptan las formas de renuncias o traslados. Este modus operandi indica que -más que un deseo de investigación y "justicia- las salidas corresponden a una clara intención del Gobierno en dejar vacía la Cámara Federal.