Los dirigentes del Smata (mecánicos y afines del Transporte), el sindicato de Comercio y la propia CGT Córdoba se reunieron –casi secretamente- con los diputados de Cambiemos para “intercambiar opiniones” sobre la reforma laboral.

La noticia se supo gracias a un recuadro perdido en las páginas de La Voz del Interior, el principal diario de la provincia. Los resultados están a la vista: Smata firmó un convenio con Nissan-Renault por el cual se establece que los nuevos trabajadores tendrán un salario el 30% inferior al de convenio durante dos años, además de una reducción en las horas de descanso y un fuerte aumento en los precios del comedor para todos.

El ajuste está en marcha: algunas automotrices ya se desprenden de trabajadores mediante “retiros voluntarios” y muchas buscan refugiarse en el ajuste propuesto desde el macrismo.

Se trata de un verdadero operativo montado entre el Gobierno, la burocracia y las patronales para que la reforma laboral se apruebe durante el Mundial, en plena distracción del pueblo. Córdoba, la provincia que le garantizó el triunfo al Presidente, es la primera aliada: el gobernador Juan Schiaretti ya adelantó su adhesión a dicha reforma.