El presidente Mauricio Macri ya está decidido y lo comunicó a su gabinete, no va a tolerar que el Congreso Nacional le marque la cancha en una de las empresas más importantes que trazó su gestión; garantizar a las energéticas más importantes de su círculo más íntimo como Lewis, Mindlin y Caputo -y porque no para él mismo o sus presuntos testaferros- los precios necesarios para asegurar una buena rentabilidad y que el Estado deje de subsidiar a los usuarios, pymes e industria.

Tan importantes es consolidar el tarifazo para el presidente, que le confió a su mesa chica que si por culpa de la discusión tarifaria no puede ser reelecto, se irá a su casa con la tranquilidad de haber hecho todo para intentar transformar a la Argentina en un país en serio.

Para Macri un país serio es justamente eso, un Estado que puede tejer lazos comerciales con el sector privado representado por los empresarios familiares y amigos.

Hoy, la oposición consiguió el quórum en Diputados, y desarrolla una sesión maratónica, hay 29 proyectos de ley, todos en el sentido de bajar las tarifas de luz, gas y agua.

Ayer el gobierno le tiró el fardo a municipios y provincias, los instó a limpiar la factura de impuestos municipales y provinciales, y les hizo pagar la mitad del costo que representa hacerse cargo de pagar la diferencia por la tarifa social de los sectores de menores ingresos.

En cualquier caso, el gobierno buscará frenar toda iniciativa que vaya en desmedro de la recomposición tarifaria, pero si no lograra frenar la discusión en la Cámara Baja y la oposición consigue logra al Senado un proyecto con media sanción y la Cámara Alta lo aprueba, la ley naufragará a su despacho donde le pondrá el gancho para desarticularla, aunque le cueste la reelección.

Fuente: portaldenoticias.com