Después de la insistencia de los familiares y de la preocupación por conocer la verdad, cuatro meses de la desaparición del ARA San Juan, el Gobierno admitió a través del Jefe de Gabinete Marcos Peña que había intereses más allá del "adiestramiento" señalado por las Fuerzas Armadas al describir las tareas militares de la tripulación de 44 personas.

Este miércoles, durante la exposición de Peña en la cámara de Diputados, el funcionario respondió que "el objetivo táctico prioritario de esta patrulla era la localización, identificación, registro fotográfico/fílmico de buques frigoríficos, logísticos, petroleros, buques de investigación de otras banderas, que se encontraran realizando alijo con un buque pesquero".

"Como objetivos materiales secundarios de esta actividad se establecieron buques y aeronaves que operan desde las Islas Malvinas", reconoció y adjuntó un informe "confidencial" -adelantado por Infobae en febrero- fechado el 24 de octubre de 2017.

Según reprodujo El Cronista, en ese texto se detalla que una tercera etapa, bautizada como "Patrulla Control del Mar", contemplaba como "interés de este comando obtener la identificación mediante imágenes fotográficas o video de los buques de interés en dicha área (denominada "Juliana") y registrar su actividad", enumerando el foco en barcos frigoríficos, petroleros, pesqueros, pero también "Aeronaves RAF130 -Fuerza Aérea británica- y aeronaves de gobernación Malvinas".

Luego, la fase II de la etapa 4, le ordenaba al ARA San Juan realizar un despliegue desde el 15 de noviembre en al área "Milagros" mediante un ejercicio de "Ataque submarino". Justo ese día sucedió la última comunicación con el submarino.