Nicolás Massot protagonizó un confuso momento televisivo, realizando declaraciones que probablemente no hubiera hecho si hubiese sabido que estaba al aire en ese momento. Entre sus dichos, destacó que lo que vendrá después de Macri, más tarde o más temprano, será un peronismo reciclado.
Entrevistado por Antonio Laje y Ramón Indart, Massot desnudó el pensamiento que seguramente comparta con sus compañeros Emilio Monzó  y Rogelio Frigerio.
El peronismo en vías de reciclaje les resulta a los actuales gobernantes una figura conveniente por momentos, ya que muchos diputados y senadores (afiliados al partido peronista) votaron favorablemente muchas de las iniciativas de Cambiemos en el Congreso. Y si no, la excusa de la “pesada herencia”
Miguel Ángel Pichetto (parte del peronismo reciclado), que brindará este domingo una entrevista para Marcelo Longobardi en CNN, parece querer postularse como sucesor del cambio. También figuras como la de Monzó, Diego Bossio, Mario Negri y Graciela Camaño, miembros de lo que denominan un “peronismo dialoguista”.
Las declaraciones de Massot sobre el radicalismo, siendo interpelado por los periodistas por lo polémico de sus dichos, se suman a una molestia radical que ya se había hecho presente. En declaraciones a Infobae, el vicepresidente de la UCR, Federico Storani dijo hace unos días que Marcos Peña tiene una “espectacular antipolítica”. “No quiere a los radicales, ni a los peronistas, ni a los socialistas. Peña está vacunado contra la política. El PRO está hipercentralizado, son Peña y dos o tres CEOs”, y se diferenció diciendo “Yo creo en el sistema de partidos”. 
Marcos Peña, por su parte, no parecería compartir la visión de su compañero Massot. En línea con el pensamiento de Jaime Durán Barba, Peña mantiene una posición de confrontación permanente, pensando que el recambio deberá surgir de la alianza de Cambiemos, pero –claro- no del partido radical. Esta posición lo hace también chocar con los “peronistas dialoguistas”, como Urtubey, quien mantiene una buena relación con Monzó y critica a Peña por ser “soberbio”.
Si bien la respuesta oficialista a los dichos de Massot es que fue “una pavada”, no todos los sectores parecerían pensar de la misma forma. La sola sugerencia de que el peronismo pudiera volver a gobernar, dicho por uno de sus funcionarios, se vuelve imperdonable para los más inflexibles.