"No habiendo conformado el quórum reglamentario declaró fracasada la sesión especial". Tales fueron las palabras del presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó.

Eran las 12 en punto y unos segundos antes estaba todo listo para que todo el arco opositor presente sus proyectos para controlar las tarifas, una preocupación central de los ciudadanos ante una escalada inflacionaria que no cesa y las paritarias congeladas con un techo del 15%. Y si la sesión se cayó fue porque el diputado salteño Alfredo Olmedo eligió ceder a presiones de un legislador de Cambiemos y se levantó para no dar quórum.

El Congreso estalló de bronca: la diputada Graciela Camaño denunció que se trató de una "maniobra al peor estilo de la vieja política que Cambiemos dice que no quiere representar". "El Diputado Olmedo se encontraba para dar quórum como hace siempre y vino un diputado del oficialismo, habló con Olmedo para que se retirara y Olmedo se fue dejando sin debate el tema de las tarifas", señaló ante una Cámara que no paraba de insultar al norteño conocido por todos gracias a su llamativa campera amarilla.