La primera elección general del año le dejó un sabor amargo al kirchnerismo, que no pudo ganar como esperaba, pero fue una desgracia para el macrismo, que quedó tercero cómodo luego de perder por goleada, también, en las PASO de La Pampa.

El gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, se impuso con más de un 39% de los votos y consiguió así una gran reelección. Pero no solo eso: también se garantizó la continuidad en el poder del Movimiento Popular Neuquino, el partido que gobierna la provincia desde 1962 y que hasta hace poco estaba en manos de Sobish, quien en esta elección se cortó solo y sumó solo un 10 por ciento.

Ahora bien, tras Gutiérrez quedó Ramón Rioseco, de Unidad Ciudadana, con el 26,06% de los votos. Y bastante más lejos, como decíamos, aparece en tercer lugar Horacio "Pechi" Quiroga, con el 15,13%.

Otro protagonista, sin lugar a dudas, fue el método de votación que se implementó en la provincia: la Boleta Única Electrónica (BUE), un sistema que para las autoridades neuquinas tiene "un cien por ciento de eficiencia" en experiencias anteriores pero que, desde la oposición, se trata de una herramienta que facilita el fraude y fue por eso que se presentaron denuncias ayer mismo.

Lo que se viene

A pesar del distinto signo político, Gutiérrez acompañó las iniciativas del gobierno nacional para posicionar al yacimiento de gas y petróleo no convencional de Vaca Muerta como un atractivo para los inversores extranjeros, y respaldó el acuerdo con el sindicato petrolero para modernizar el marco laboral que Cambiemos usó como ejemplo para replicar en otras actividades.

De esta forma, continuó con el estrecho vinculo que históricamente tuvo el MPN con este sindicato, que cuenta con 25 mil afiliados y que es liderado desde 1983 por el senador nacional Guillermo Pereyra, referente partidario desde hace varias décadas.

"Ya vendrá el momento de expresarnos sobre el proyecto político de la patria y la república, ahora es momento de elegir el destino de la patria chica", dijo el mandatario reelecto.

Fuente: Minuto Uno