El Gobierno nacional, el Sindicato de Comercio y la multinacional Carrefour acordaron que el estado de crisis de la firma en la Argentina se extenderá por tres años más. Esto implica que, hasta 2021, los salarios de los trabajadores podrán ir a la baja, en lugar de ser mejorados para enfrentar la propia crisis familiar que deben afrontar por la economía del país.

El trato que cerraron las tres patas de la tortura implica que a partir de ahora haya unos mil retiros voluntarios, el cierre de varias sucursales, permiso para ejecutar suspensiones y despidos masivos (pagando la mitad de la indemnización que correspondería).

El histórico dirigente gremial Armando Cavalieri –cuyo mandato frente al Sindicato de Comercio vence este año- firmó sin problemas este documento que hipoteca a los 19 mil empleados de Carrefour.

Se trata de un peligroso precedente para otras firmas del sector que podrían pedir los mismos beneficios al Gobierno: entrar en un proceso preventivo de crisis y hacer que los trabajadores paguen con su esfuerzo la diferencia de la ganancia que pierden cuando la inflación sube y el consumo baja.