Lo políticamente correcto dentro de Cambiemos es decir que “no es opción que Macri no sea candidato a Presidente, eso no va a pasar”, como señaló a este medio un alto funcionario bonaerense. Sin embargo, a un año de las elecciones generales de 2019 aparecen demasiadas nubes en el horizonte de Mauricio Macri, y acontecimientos recientes encienden las alarmas incluso en el círculo más íntimo del primer mandatario. 

Hubo miradas cruzadas entre la Casa Rosada y La Plata por notas e informes periodísticos que hablaron del enojo, real, de María Eugenia Vidal por tener que absorber sin compensaciones las millonarias transferencias de competencias que hasta ahora tenía la Nación. Hubo mimos a la Gobernadora y cuestionamientos al Presidente en el Coloquio de IDEA. Hubo un huracán Carrió, que cada vez es más difícil de contener. Hubo encuestas que dejan mal parado a Macri de cara a lo que viene. Hubo advertencia del radicalismo sobre 
la necesidad de “salir de la política del ajuste”.

Detrás de todos esos hechos concretos hay cuestiones tácitas más preocupantes para el Presidente. Que Clarín y La Nación decidieran publicar las razones del enojo de la Gobernadora en una postura que la defiende y deja en offside al Gobierno central, para muchos trasciende lo meramente periodístico. Después, los acontecimientos ya enumerados se encargaron de envalentonar la teoría: “El círculo rojo, ahora la quiere a Vidal”.

Lo políticamente correcto indica que los funcionarios provinciales lo nieguen. Apelan a que es demasiado pronto para hablar del tema; que en abril, la economía va a mostrar mejoras y el escenario cambiará; que en la volatilidad de Argentina, hablar de candidaturas hoy es demasiado anticipado y especulativo. Pero si esa candidatura de Vidal Presidenta deja de ser una especulación para convertirse en una realidad, ¿qué pasa en la Provincia? 

Contrariamente a lo que suele suceder con los presidentes en ejercicio, en el Pro hay dos posibles sucesores para el sillón de Rivadavia: Vidal, primero, y Horacio Rodríguez Larreta, después, pese a que el porteño se desvive más por esa carrera que la bonaerense. Sin embargo, la sucesión en la provincia de Buenos Aires podría ser traumática.

“Si no va María Eugenia (a la Gobernación) se nos arma un quilombo imposible. No hay un sucesor natural y, al no haberlo, va a ser un lío importante”, reconoció a este medio un armador político del Pro en la Provincia. “No hay uno que digamos es éste y nadie lo cuestione. Esteban (Bullrich) va a querer ser, Cristian (Ritondo) va a querer ser, Jorge Macri va a querer ser, el radicalismo va a querer ir a una interna; se descalabra todo”, ahondó.

En el imaginario amarillo no existen chances que cedan las candidaturas en los bastiones a otro espacio de los que conforman Cambiemos. Nación, Provincia y Ciudad de Buenos Aires tendrán al tope de la lista a un amarillo. Nada sencillo si hay corrimientos, sobre todo para el territorio bonaerense.

Buscar una figura parecida a la de la actual Gobernadora remite de inmediato al nombre de Carolina Stanley, pero la ministra de Desarrollo Social de la Nación no nació en la Provin-cia, ni tiene domicilio en ella; tampoco sería la opción personal. 

El vidalismo empujaría con mayor énfasis la postulación del ministro de Seguridad. Ritondo. Además de ser descripto como “el sucesor natural”, es surgido en las filas del peronismo, un plus que para muchos sería fundamental en la carrera que viene. 

Hay otros aspirantes con pasado peronisnta, pero no están en sintonía con la Gobernadora, pese a que se hayan acercado posiciones en el último tiempo. Quizá, en la necesidad de buscar un consenso amplio y encontrar un candidato para la Provincia en caso de que Vidal sea la candidata a Presidente, se vire hacia una opción que por ahora parece lejana, pero no imposible.

¿Massa es realmente una opción en Cambiemos si Vidal salta a la presidencial? Es la elucubración de algunos en Cambiemos, a raíz de la buena relación entre el tigrense y la Gobernadora; pero de ahí a que sea un hecho concreto parece haber un abismo. La base de la teoría es que por ahí sería mejor ceder un bastión a un aliado antes que perderlo frente al kirchnerismo.

Claro está que ni el radicalismo ni la Coalición Cívica irían tan lejos de aceptar una candidatura como la de Massa dentro del espacio que ellos integran y en el que reclaman más lugar. El inconveniente es la falta de dirigentes con capacidad de instalación en condiciones de pelear por la Gobernación que tienen ambos espacios.

Por caso, nadie ve a Carrió como la candidata a suceder a Vidal. De hecho, son cada vez más los convencidos de que “Lilita” está detrás de la excusa que le permita irse y romper Cambiemos. Hay pavor por que eso suceda y de las consecuencias que puede tener si la diputada nacional da un portazo con la excusa de que este gobierno tiene hechos de corrupción como el gobierno anterior.

Mientras tanto, los círculos de poder que se manejan por fuera de la política pero influyen tremendamente en ella empiezan a jugar cada vez con más determinación, por más que falte todavía un año y en este país la volatilidad sea moneda corriente. 


Los millones de la discordia, que llegarían sotto voce

El enojo en la Provincia porque en la adenda del Pacto Fiscal la jurisdicción quedó sin ninguna compensación por el traspaso de los subsidios al Transporte se hizo sentir en las últimas semanas. 

Las arcas bonaerenses perderán 25.400 millones de pesos, y la búsqueda de un alivio a través de un incremento en el Fondo del Conurbano por ajuste de inflación (que para la Provincia serían 19.000 millones) se hace imposible para el Gobierno nacional.

“Es lógico que María Eugenia (Vidal) esté enojada, es súper razonable el reclamo”, reconocen en el entorno de la mandataria, aunque, inmediatamente, aclaran que la situación con el Gobierno nacional no es conflictiva y son optimistas en encontrar una solución.
“Si tenemos alguna chance que nos den esos 19.000 millones va a ser entre gallos y medianoche, en diciembre”, se comenta en los pasillos legislativos. En el Ejecutivo esbozan un poco más de precisión.

“El éxito del Presupuesto nacional es que van a conseguir los votos siempre y cuando la Provincia quede perjudicada. Ese es el reclamo del PJ de todo el país. Por eso, con el Presupuesto adentro, la solución es una ayuda extraordinaria que llegue en diciembre; mientras tanto, todas las señales es que esa guita no va a ir a la Provincia”, cuentan. 

En diálogo con La Tecla, un alto funcionario nacional fue contundente. “Siempre la cuidamos a nuestra Gobernadora”, respondió ante la consulta sobre una compensación extraordinaria. Aunque prefirió no dar mayores precisiones, porque en las negociaciones con la oposición “llevamos el Presupuesto como un cristal”, y no quieren que eso se quiebre si sale a la luz que después de la votación Buenos Aires tendrá una ayuda extraordinaria. 

Tampoco es tan fácil aplicar esa compensación, ni al Gobierno central le sobra demasiado para socorrer a su principal jurisdicción con los ojos del FMI escrutándolo todo. La cantidad y el modo de instrumentar la ayuda, son también un tema a resolver. “Un decreto sería una bomba”, vaticinan algunos dentro del oficialismo. 


El espejo que no podrá reflejarse, por jurisdicción y por decisión

Carolina Stanley, ministra de Desarrollo Social de la Nación, es, para propios y extraños, la figura en Cambiemos más parecida a María Eugenia Vidal, y por eso, muchos la ven como una posible sucesora en la Provincia. Sin embargo hay imposibilidades legales: Stanley no es bonaerense, ni por nacimiento ni por adopción.

Además, el destino político de la funcionaria, en caso de que Cambiemos permanezca en el poder después de 2019, sería nuevamente en estamentos nacionales. De hecho, si Macri va por la reelección, Stanley se posiciona muy bien como posible candidata a vicepresidenta, lugar por el que también pugna el radicalismo y algunos -los menos- creen que permanecerá en poder de Gabriela Michetti.

La otra opción es que la ministra de Desarrollo Social encabece la lista de senadores nacionales por la Ciudad de Buenos Aires, que renueva sus bancas en la Cámara Alta el año que viene. Un lugar más tranquilo -para poder dedicarle tiem-po a la familia- y con una permanencia asegurada de seis años. De lo contrario seguiría ligada al área social de la Nación. 


Fuente: latecla.info