La gobernadora María Eugenia Vidal sabe que el último trimestre del año será el peor y que la espera un diciembre caliente. Para frenar un posible estallido, ya empezó a negociar junto a la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, una red de contención evangelista que le sirva para distribuir alimentos sin punteros y acercarse a los futuros electores usando la llegada que esa iglesia tiene en nuestro país. La idea de la gobernadora no es sólo el tema social, también quiere articular un acuerdo político -como hizo la derecha en Brasil- para intentar retener la gobernación el próximo año. Como contrapartida deberá seguir negando la posibilidad de una ley de aborto seguro y gratuito y la no educación sexual en las escuelas.

El plan comenzó a gestarse a principios de septiembre, tras la participación de Vidal del plenario de pastores en Mar del Plata. La idea es distribuir los bolsones de comida a través de las 4500 congregaciones que posee esa iglesia en distintos puntos del Conurbano. Funcionará en paralelo al trabajo que también realizará en ese mismo sentido Caritas.

La Asociación Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina ya comenzó a diagramar el esquema de templos que acercarán la comida en los distritos del norte, oeste y sur del Conurbano, los puntos donde Cambiemos pone máxima atención y piensa que pueden generarse los focos de conflicto por la crisis económica que agravó la corrida del dólar y las políticas del ajuste macrista. Los primeros saqueos en Mar del Plata y Olavarría generaron una luz de alerta en todo el gabinete.

Hay varios puntos calientes: uno de ellos es la Villa Itatí en Quilmes, una de las más populosas y calientes del área metropolitana y un lugar sensible para Vidal ya que de allí es el grupo más grande de “aportantes truchos”, la causa que tiene en vilo a la gobernadora. En esta villa la Iglesia tiene un rol de contención clave y Cambiemos hasta colocó una oficina permanente del “Estado en tu barrio”, el programa para acercar trámites y prestaciones a la gente.

Otros dos lugares que Vidal mira con atención son la Villa Carlos Gardel en Morón y Villa Porá en Lanús donde trabajan con pastores, obispos y otras organizaciones sociales para mantener la paz social.

Los referentes evangelistas con los que negocian Vidal y Stanley son los pastores Osvaldo Carnival, Pedro Ibarra y Jorge Sennewald. Con este último, el PRO ya había trabajado en la campaña 2015 y, al parecer, hay confianza. Días atrás, se filtró un audio en el que Sennewald le contaba a un par suyo cuál había sido “el trato” con Vidal a cambio de repartir la comida entre los más pobres y contenerlos para que no estalle la crisis: bajar la ley de Educación Sexual Integral que obtuvo media sanción en Diputados y está lista para ser tratada en el Senado.

“Aproveché y le dije que estábamos preocupados y que la Iglesia iba a estar muy firme y no íbamos a negociar bajo ningún punto de vista todos los ataques constantes a la familia, la Iglesia y todo lo que tenga que ver con Dios”, dice el pastor en el audio. Y de inmediato asegura que Vidal se comprometió a “parar” el proyecto en Senadores y a que este tema no avance. “Ella es diferente, porque automáticamente dijo que ya mismo lo paro y se comprometió a que esto no va a avanzar”, agrega Sennewald en el audio.

Fuente: Infocielo