El pai umbanda le dijo a Alejandra que un espíritu iba a matar a un integrante de su familia. La estafó, robó prácticamente todos los objetos de su casa y abusó de ella. 

Esta mujer, oriunda de la provincia de Misiones, no fue su única víctima, sino que también estafó a muchos otros vecinos y en total se llevó cerca de 3 millones de pesos. La víctima contó cuál fue la situación que la llevó a caer en las redes de este estafador.

Ella reveló que conoció al supuesto pai —que habría llegado al país desde Brasil— con el nombre de Antonio, pero confesó que supo su apellido luego de que lo detuvieran en la comisaría.

Falso "manosanta" estafó e intentó abusar de una mujer

El supuesto referente de la religión umbanda se acercó a Alejandra para sacar a los “espíritus que habitaban en su hogar”.

En ese sentido, Alejandra expresó: “Le pidió a mi mamá que se quedara en la sala con mi bebé de 2 años y medio y me hizo pasar a la pieza. Yo justo estoy con un problema de separación con mi pareja, entonces me pregunto donde dormía mi marido”.

Los macabros detalles del abuso del pai umbanda 

“Me pidió que abra el ropero, cerró los dos ojos y me ordenó que me levante la remera. Me toco las costillas. Me pidió que me levante el corpiño y me empezó a tocar”, detalló la mujer. 

Sin embargo, eso no fue todo, además le pidió que se ponga una mano en el corazón mientras él rezaba con los ojos cerrados. “En un momento, los abrió y como yo tenía vergüenza me quise bajar la remera, pero él me dijo que la deje así como estaba”, aseguró. 

Luego el estafador le expresó que en su oración sintió que ella quería mantener relaciones sexuales con él: “Ahí me preguntó si yo quería tener relaciones imaginándome que él era mi marido”.

Automáticamente, la mujer respondió con un rotundo no y él contestó: “Solo eso quería saber”. Luego, según explicó Alejandra, ella sufre esquizofrenia y en el último tiempo “tuvo varias crisis”, vio sombras en su casa y se sintió amenazada.  

Cuando su vecina se enteró de esto, le recomendó que hablara con Antonio, por esa razón acudió a él. El acusado decía que su hijo iba a morir en los próximos días, motivo por el que fue a hacer su “trabajo” y se comenzó a llevarse electrodomésticos y “objetos en forma de pago”. 

El precio para que su hijo no muera era de 250 mil pesos, todos los días se llevaba algo nuevo. Esta historia la repitió en distintas oportunidades con diferentes vecinos del barrio, pero a cada uno le decía que iba a morir un familiar distinto y así le iba sacando mucho dinero a las personas. 

Fuente: Crónica.com.ar