Instagram, una de las aplicaciones más populares del mundo, sorprendió a todos por el giro que tomó su forma de compartir contenido y visibilizarlo. Desde las esferas más altas de la app decidieron ocultar los likes, de manera que solo el usuario que suba la foto tenga acceso a ellos. Por el momento se trata de un experimento, un test que tuvo éxito en varios países y la plataforma busca instaurar a nivel global.

La explicación por parte de los voceros de la empresa es que la cantidad de reacciones de cada publicación distrae al usuario del que debería ser el foco principal: las imágenes, videos y contenidos en general; además de atentar contra la autoestima y generar conflictos de autopercepción e inseguridades. 

De a poco, la actualización se expandirá en todas las regiones, y los resultados finales marcarán si el cambio será para siempre o no. A simple vista, los objetivos parecen nobles. En tiempos donde la aceptación es un factor esencial, una decisión así puede sentar un nuevo rumbo para la red social.

Fuente: El Destape