La huelga docente y el acampe continúa en Salta, tras la negativa del gremio al ofrecimiento del gobierno.

Mientras el Gobierno Provincial estudia, expone y presenta mejoras, propuestas, modifica diferentes ítems, sube un poco aquí y otro poco más allá, del otro lado sólo hay negativas.

En todo conflicto donde hay dos partes, es posible analizar las diferencias, entre lo que una propone y lo que la otra parte demanda. Pero cuando son infinitas las partes, esto es imposible. 

Esos son los peligros de negociar con una asamblea de autoconvocados, un invento salteño, donde no hay un referente claro ni un interlocutor validado por sus mismos pares. Así, ante un reclamo anárquico, quizás manipulado en parte por docentes simpatizantes con el Partido Obrero, donde cada uno tiene una mirada diferente, es imposible.

Por eso pero parece no bastar ninguna propuesta del gobierno, porque sería necesario hablar con cada uno de los cientos de docentes de paro en toda la provincia, lo que es imposible. 

Algunos plantean que el aumento de julio es poco. Otros que debe implementarse una cláusula gatillo permanente. Hay quienes sólo insisten con que no se descuenten los días de paro, pero un grupo plantea que sólo les preocupa el tema de las titularizaciones. Más allá se escucha hablar de mejoras en calidad. Y así podemos seguir enumerando reclamos y planteos de todo tipo.

A esta altura, lo único cierto es que nadie sabe porqué sigue el paro o cuál es el pedido concreto, aunque por experiencia de medidas similares en años anteriores, todo lo que no sea aumento de plata en el bolsillo y el no descuento de días de paro suena a verso y maquillaje.