Gabriel P. murió tras recibir graves quemaduras mientras se encontraba atado a una cama por haber padecido un episodio de esquizofrenia. El hecho ocurrió en una clínica psiquiátrica de la localidad de Oliveros, provincia de Santa Fe, a 50 kilómetros de Rosario. 

La víctima fue trasladada de urgencia y murió a la madrugada del lunes en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez de Rosario, su familia responsabiliza al instituto de salud mental y afirman que el personal apagó las llamas del cuerpo con un matafuego.

La investigación ya esta en manos de la justicia y el caso lo llevará adelante la fiscal Melisa Serena de la Fiscalía de San Lorenzo, quien ya pidió la autopsia para este jueves a la mañana. La Justicia investiga si se trató de un ataque por otro interno.

Tamara, hermana de Gabriel, ya dió su testimonio y expresó: “Él entraba en crisis cuando discutía con alguien. Le daban medicación todos los meses para mantenerlo controlado”.

“En un momento, la enfermera se fue. Cuando regresó, mi hermano estaba prendido fuego. Intentó apagar las llamas con la mano. No pudo. Buscó una jarra con agua y se la tiró. Como el fuego era grande, buscaron un matafuego, que no sabemos si estaba lejos del lugar”, aseguró su hermana.

Gabriel fue trasladado con el 25% del cuerpo quemado al Hospital, sus heridas eran de tercer grado en el lado derecho del torso y en la ingle. El parte medico afirma que comenzó con fiebre, no saturaba oxígeno en sangre por lo que fue intubado e internado en terapia intensiva, pero lamentablemente el paciente falleció.

Tamara sostiene que fue un homicidio perpetrado por otro paciente. “Mi hermano hizo amistad con una mujer que había ingresado tres días antes de que él fuera quemado. Él la cuidaba, la acompañaba al baño. En un momento, no sé si por la salud mental, la mujer se apartó de él y en ese marco se dio una pelea con otro interno”, manifestó la mujer.

“No quiero que haya otro Gabriel P. Que una persona tenga problemas mentales no da derecho a maltratarla. Él quería ser tratado. La mayor parte del tiempo estaba lúcido. Sus ataques se daban cuando discutía con otra persona, como pasó acá. A mi hermano lo mató la irresponsabilidad, el abandono y la falta de control. Ahí claramente otro paciente tenía una vela, fósforos o un encendedor”, cerró Tamara.

Fuente: La100.cienradios.com