De acuerdo al resultado de las pericias, a la nena la mataron a golpes en la cabeza. Luego, la prendieron fuego en una parrilla. Una cámara de seguridad detectó cuando llevaban su cadáver en un cochecito hasta un arroyo cercano a su casa, en Quilmes, adonde lo descartaron.

En 2014, la brutalidad del caso conmovió al país.  Desde  ese momento,el padre exige justicia. "Estoy esperando la sentencia. Quiero que paguen lo que le hicieron a mi nena. Me siento destruido, a mi hija nadie me la va a devolver", se lamentó Gabriel, mientras le temblaba la voz. Consultado por Clarín, afirmó: "Hasta que no dicten la pena, mi nena no va a poder descansar en paz". 

El momento más crudo de la audiencia  llegó cuando recordó cómo reconoció el cuerpo de su hija. "Silvia había denunciado en la comisaría que la nena había desaparecido. Una noche tocan la puerta y cuando salgo me encuentro con muchos patrulleros. Me di cuenta de que algo andaba mal", señaló el padre de Priscila.

Lo llevaron directamente a la morgue. "Me preguntaron si estaba dispuesto a reconocer el cuerpo de una nena, que podría ser mi hija. No bien abrieron la bolsa me di cuenta que era ella. Había una persona que me preguntó si estaba seguro. Tenía el cuerpo lastimado y con quemaduras. Pero le dije que era ella, ¿cómo no iba a saber que era mi hija si yo la crié?", apuntó angustiado.