El jueves pasado, dos hermanos fueron hallados muertos en una vivienda del barrio Puerta 8, zona de Tres de Febrero, el lugar donde en febrero pasado murieron 24 personas y hubo más de 80 intoxicados por la cocaína cortada con carfentanilo. El hallazgo se produjo tras la denuncia al 911 de los vecinos del barrio que relataron que hacía varios meses no veían a los hermanos, identificados como Norma Ester y Héctor Ricardo Jara, de 75 y 72 años respectivamente.

Así, efectivos de la Policía Bonaerense irrumpieron en la casa de la calle El Parque al 10000 bajo órdenes de la fiscal Gabriela Disnan, de la UFI N°5 de San Martín. Encontraron a Norma y Héctor ya muertos. El cuerpo de Norma estaba en un sillón, el de Héctor en una de las habitaciones. Ambos cadáveres estaban en avanzado estado de descomposición. Según testimonios, Héctor requería ayuda constante para movilizarse. Ambos vivían con problemas psiquiátricos. También se encontró un perro muerto, que sospechan que murió tras morder uno de los cadáveres. No había signos de violencia ni faltantes evidentes. Las puertas estaban cerradas desde adentro.

Así, Disnan ordenó los trabajos de rigor a Policía Científica y se enviaron los cuerpos a la morgue del Cuerpo Médico Forense de San Martín, ubicada en el hospital Carrillo de Ciudadela. En los resultados finales de la autopsia solicitada por la fiscal Disnan se detalla que los cadáveres se encontraban en estado reductivo y esqueletizado. Sobre el cadáver de Norma Ester, no observaron lesiones traumáticas en la superficie corporal ni en las estructuras óseas. En el caso del cuerpo de Héctor, presentaba mordidas de un perro; según indicaron fuentes del caso, tras morder el cadáver el animal falleció.

Por último, se enviaron muestras para determinar data de muerte y también se esperan resultados del examen toxicológico y de ADN. Por el momento, las causas de las muertes no se pudieron determinar.

A mediados de octubre ocurrió un hecho similar. Dos hermanos fueron hallados muertos en un departamento del barrio porteño de Villa Pueyrredón y los investigadores sospecharon, a partir de la escena con la que se encontraron en el lugar, que pudieron haber sido víctimas de un doble crimen: la puerta de la vivienda estaba sin llave y en el interior había desorden, faltaban los teléfonos celulares de ambos y uno de ellos tenía su rostro cubierto con una remera. Los cuerpos, por otra parte, presentaban un estado avanzado de putrefacción.

Según informaron fuentes policiales, el hallazgo se produjo en un departamento de un complejo ubicado sobre la calle El Gaucho al 5900, en el barrio General San Martín. Los hermanos fueron identificados como Marcelo Fernando Grosso, de 56 años, jubilado que trabajaba como motorman de subte, y Mónica Cristina Grosso, de 63, quien tenía domicilio registrado en el partido bonaerense de Moreno.

Un efectivo de la Comisaría Vecinal 12-B de la Policía de la Ciudad se acercó hasta allí después de que un vecino de la zona, preocupado, llamara al 911 porque en la casa de Grosso no respondían los llamados. Al llegar, como nadie atendía la puerta, el policía abrió una persiana y vio el cadáver de la mujer. Decidió entonces ingresar al domicilio y advirtió que la puerta no estaba cerrada con llave.

Fuente: Infobae.com