Ocurrió este lunes en el Jardín de Infantes Nº 916. Se trata de Francesco, un niño con autismo que debió ser rescatado por los bomberos

Este lunes, Francesco, un niño de cinco años con autismo, vivió un impactante episodio en el Jardín de Infantes Nº 916 de Claypole, partido bonaerense de Almirante Brown. Mientras caminaba por el patio de la institución, cayó en un pozo séptico de cinco metros de profundidad. Afortunadamente, el menor fue rescatado por los bomberos y resultó ileso.

El incidente ocurrió alrededor de las 13 horas, cuando el niño salió del aula y se topó con una gran grieta en el suelo. Al pasar por encima, el suelo cedió y quedó atrapado en su interior.

Al oír los gritos, las maestras del jardín fueron a socorrerlo e intentaron salvarlo con una soga. Mientras tanto, solicitaron la asistencia de los bomberos, quienes se acercaron inmediatamente al establecimiento y comenzaron el operativo de rescate.

“Aproximadamente a la una y media del mediodía empieza a sonar la sirena aérea del cuartel y nos informan que había un nene en el interior de un pozo con peligro de ahogamiento”, contó en diálogo con TN Matías Giménez, quien pertenece al cuerpo del cuartel de Bomberos Nº2 de Almirante Brown.

Por temor a un posible derrumbe en las cercanías del pozo, nadie, excepto los rescatistas, podía acercarse a la zona. “Cuando llegué al lugar, lo primero que hice fue pedir que se alejaran todos, le pedí a un compañero que acercara una escalera para que tengamos una estructura sobre la cual apoyarnos”, detalló. Luego, mediante la utilización de cuerdas y de elementos de rescate, el bombero ingresó a la fosa y asistió al menor.

Una vez fuera del extenso agujero, el niño fue trasladado a un hospital de la zona, donde se sometió a una serie de estudios y exámenes médicos para descartar lesiones en su cuerpo. Sin embargo, debido a la elevada contaminación del pozo, le recetaron medicamentos a modo de prevención.

Según comunicaron los familiares del niño, Francesco se encuentra dentro del espectro autista, por lo que requirió una atención especial después de su rescate. “En estos casos recibimos capacitación, con criaturas que están dentro de este espectro, y estamos conscientes de que lo más importante es la contención. De hecho, cuando yo me tiré, una vez que salí a flote y lo pude agarrar, lo primero que hice fue contenerlo para tranquilizarlo un poco”, relató Giménez.

Por su parte, Catalina, abuela del menor, contó: “Dios lo protegió. Yo le hablaba y le decía que venían los bomberos, y él me pedía ayuda. No le deseo esto a nadie”. Además, en declaraciones al canal América, expresó su agradecimiento a las autoridades del jardín, que, según explicó, “se movieron muchísimo” para salvar la vida de su nieto.

En tanto, Gabriela, la madre del niño, ofreció más detalles respecto a lo ocurrido: “La directora del jardín me llamó urgente y salí corriendo. La abuela le gritaba al pozo, me dijeron que Francesco se había caído y que no me acercara, estaba muy asustada”.

“Lo único que llegué a ver es que él se sostenía de la cuerda, los bomberos llegaron rapidísimo y entendieron que es un niño con autismo, que le cuesta que lo toquen, el contacto, que podría ponerse nervioso, que le podría haber agarrado un ataque y haberse ahogado por la desesperación”, expresó la mamá. Y concluyó: “Pero fue muy valiente, se quedó sosteniéndose de la cuerda y dejó que el bombero lo sostuviera”, completó la mujer en comunicación con el citado medio.

Fuente: Infobae