La investigación por el crimen de Lola Chomnalez volvió a sus inicios, a abril de 2015. Durante ese mes, una llamada anónima aportó datos sobre un nuevo sospechoso, identificado como Ángel Moreira Marín, un cuidacoches de 33 años.

La persona que denunció, quien vivía con él en ese entonces, afirmó que el sujeto fue a su casa, "entró en forma desesperada, rompiendo la puerta, y vendió todas sus cosas rápido". Según la testigo, estaba acompañado por una persona a la que le decía que "se tenía que ir porque tuvo un problema grave en el departamento de Rocha con una muchacha y que tenía que desaparecer".

Este testimonio desencadenó en la detención del denunciado. Sin embargo, aunque el sospechoso admitió haber estado con la joven el día del crimen, la Justicia ordenó su liberación porque las muestras de ADN no coincidían con la sangre que se había encontrado en la mochila de Lola.

Este lunes, Moreira volvió a ser detenido e indagado. En su declaración, admitió que estuvo con Lola el día del crimen y dio detalles del encuentro. "Me pecheé con ella. Ella venía por la playa caminando, yo iba para Valizas y ella iba para el otro lado. Yo venía de Aguas Dulces", aseguró. Y agregó: "Nos cruzamos y le ofrecí la estampita. Le dije: 'Hola amiga, te ofrezco una estampita', y ella preguntó qué era eso y se lo mostré".

El desenlace de la historia es, por lo menos, muy sospechoso. Moreira afirma que Lola comenzó a sentirse mal y que él la llevó hasta el bosque, donde se sentaron bajo la sombra de un árbol: "Yo le pregunté qué tenía y me dijo que se sentía mareada. Ahí se sentó y cayó de rodillas", explicó. Y cerró: "Yo le tomé el pulso y me asusté, salí y me tomé el ómnibus para Montevideo".

El fiscal cree que Moreira junto a uno o varios cómplices se llevaron a Lola al bosque contra su voluntad, probablemente con un "móvil sexual". Eso explicaría los cortes que los forenses detectaron en los brazos y en la cabeza de la chica.

Estas contradicciones son clave en el pedido de procesamiento presentado por el fiscal. Este martes la jueza a cargo del expediente debe definir si acepta el pedido de prisión preventiva contra el sospechoso, a quien solicitaron imputar por el delito de "homicidio muy especialmente agravado en calidad de co-autor".

Lola viajó a Barra de Valizas el sábado 27 de diciembre de 2014 y se quedó en la casa de su madrina, Claudia Fernández, que se encontraba junto a su esposo, Hernán Tuzinkevich, y el hijo de éste. Al día siguiente, la chica desapareció cuando salió a caminar por la playa y el 30 fue encontrada asesinada a unos cuatro kilómetros de la casa, en una zona de médanos. Mediante la autopsia se determinó que Lola murió por asfixia por sofocación y que presentaba varios cortes hechos con un arma blanca en distintas partes del cuerpo.


Fuente: Diario Veloz