El episodio registrado el día de ayer -donde se observaba al cura Esteban Alfón pateando a una chica que festejaba su egreso- fue justificado por el presbítero como "un reflejo".

“La corrí como si fuera una silla. Al fin y al cabo es una iglesia, tengo que cuidarla” fue la lamentable explicación que dio Alfón, abogado, párroco y presidente de la Sociedad Argentina de Derecho Católico (SADC). 

El video que registró el repudiable acto se hizo viral rapidamente. Julia Peñalba, testigo del hecho, declaró al sitio La Izquierda Diario que el cura salio de la Catedral al grito de "Esta es la casa de Dios", tras lo cual, le efectuó la patada a una de las jóvenes. A su vez, Peñalba relató que otro hombre "bajó de un auto en el que viajaba con una monja y se nos vino encima para defender al cura, agrediéndonos”. Fue en ese momento en que el párroco Alfón huyó hacia el interior de la iglesia.

Alfón cuenta con un curriculum no menos oscuro. Como presidente de la Sociedad Argentina de Derecho Canónico posee estrechos vínculos con Monseñor Héctor Aguer, el medieval arzobispo de La Plata y férreo militante antiabortista. A esto se suma que el gran "bebito" que fuera viral tras la marcha provida en días pasados, se encuentra "oculto" en la mismísima Catedral.

Esto es apenas una presentación del "prontuario" de Alfón: años atrás fue abogado de Ricardo Giménez, uno de los tantos curas pedófilos, quien cuenta con diversas denuncias penales por abuso sexual. Una de sus víctimas es Julieta Añazco, hoy referente de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico. En este marco, Alfón se desempeño como su abogado en 1996. Gímenez fue a su vez protegido por la alta jerarquía eclesiástica de la ciudad de La Plata.

Posteriormente -ya desempeñandose como presidente de la SADC- Alfón volvió a la carga y se expresó contra el allanamiento del Monasterio de las Carmelitas Descalzas de Nogoyá, Ente Ríos, donde se habían denunciado vejaciones a monjas. En ese contextó, el cura afirmó que “el Estado a través de sus funcionarios debe velar por el respeto a la libertad religiosa en todas sus expresiones, y no coaccionar a las mismas porque le resulten incomprensibles”.

Sus declaraciones mediáticas pararon -momentaneamente- cuando ocurrió el caso del Instituto Próvolo de Mendoza, donde se denunciaron abusos a niños y niñas sordos. Sin embargo, Alfón y Aguer pudieron garantizar la impunidad en el Caso Provolo. Sobre este tema, La Izquierda Diario señala que "el capítulo platense (donde hay una sede, de donde salieron Corradi y Corbacho hacia Mendoza hace años y donde también hay denuncias de abusos sexuales) se mantiene estancado en los tribunales de la capital bonaerense."