La Masacre de Napalpí es el nombre con el que se conoce la matanza de 200 indígenas de las etnias qom y mocoví, en una sola represión contra una suerte de huelga, a manos de la policía chaqueña y grupos de estancieros, ocurrida el 19 de julio de 1924 en la Colonia Aborigen Napalpí, en la provincia del Chaco.

En un par de la persecución a los sobrevivientes elevó el número de víctimas fatales según la tradición oral a al menos 700 personas, entre mujeres, ancianos y niños, por balas policiales o degollados con machetes y hachas. En 2014, el Estado argentino investigó y lanzó la apertura de un juicio por delitos de lesa humanidad.

Tras el reconocimiento en la cámara baja, la diputada chaqueña Analía Rach Quiroga acompañó a la centenaria mujer para reunirse con la ex presidenta, un encuentro que para la sobreviviente de aquella penosa decisión -del entonces presidente Marcelo Torcuato de Alvear y el estanciero algodonero Fernando Centeno de aniquilar a un pueblo que reclamaba contra el abuso y una paga acorde al trabajo que realizaban en las plantaciones de algodón- era un objetivo soñado.