Una violenta situación se vivió en una concesionaria de autos ubicada en el barrio porteño de Caballito: un hombre de 30 años protagonizó un rapto de furia y destrozó varios autos 0 km.

El sujeto, identificado como Jorge Gómez, es un ex remisero de la localidad bonaerense de Glew que manifesto sentirse estafado por un plan de ahorro para adquirir un vehículo.

El hecho sucedió en un local de la empresa Taraborelli, ubicado en la avenida Rivadavia al 6150. Testigos grabaron la situación donde se ve al hombre rompiendo los vehículos a las patadas y con una silla. Luego continúa arrojando un cartel con un pie de acero contra el mismo vehículo rojo, esta vez contra el parabrisas que, tras varios golpes certeros, queda astillado.

Gómez fue detenido durante dos días, y salió esta mañana. Según denunció, el conflicto con la concesionaria comenzó hace cinco años, cuando durante la planificación de un viaje con amigos decidió comprar un vehículo a la firma comercializadora.

“En 2016 estuve con uno de los agentes en ese momento, que me dijeron que si pagaba las cuatro cuotas del valor del vehículo, unos 70.000 de entonces -el auto valía 200 mil pesos-, me entregaban de manera inmediata el auto. Fui a la concesionaria e hice eso”, reconstruyó Gómez.

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“Cuando llevé el dinero y pregunté cuando me entregarían el auto, me dijeron que tenían que hacer el pedido, lo que podía demorar dos o tres meses más. Además, tenía que pagar 20 mil pesos más por los trámites, el acarreo y otras cosas”, recapituló el hombre. En ese contexto, el cliente desistió de la propuesta y les dijo “quiero que me devuelvan la plata”, pero desde la firma le plantearon que la devolución podía efectuarse “hasta que se cumpla todo el plan”.

La transacción quedó en ese impasse durante años. Según Gómez, el problema se reanudó esta semana, cuando desde la concesionaria lo volvieron a convocar porque ya se había cumplido el cronograma del plan de facilidades.

“Me llamaron ellos, me dijeron que se había cumplido el tiempo del plan y que podía retirar la plata. Les pregunté cuánto era y me contestaron que era 8500 pesos”, dijo el cliente. Si bien esa suma, después de años inicio de la operación, estaba desfasada por la inflación y representa un valor menor al pago original, Gómez aclaró que se “conformaba” solo con que le otorgaran ese monto. Sin embargo, esa devolución tampoco sucedió.

“Cuando fui a buscar el dinero me ofrecieron otro plan. Les dije: ‘No, de ninguna manera, quiero el dinero’. Ellos me decían ‘no se puede’, y que en todo caso tenía que ‘esperar un año más’”, completó el cliente. Ese ida y vuelta con la compañía provocó el desborde de Gómez.

“Fue un impulso, sé que no es lo correcto. Perdí el control y rompí todo. Estoy arrepentido”, lamentó en diálogo con radio La Red y AméricaTV.

Fuente: Infobae