Los investigadores británicos del caso Madeleine McCann afirmaron que la investigación sobre la desaparición de la niña podría terminar pronto, sin resultados. El caso se cerrará a la brevedad, sin saber que pasó con Maddie y sin detenidos ni acusados. 

Las autoridades de Scotland Yard lanzaron la "operación Grange" cuatro años después de la desaparición de Maddie. Pero a pesar de exhaustivas búsquedas y diversas investigaciones policiales, la niña nunca apareció y nunca se supo qué ocurrió. Luego de 11 años, el caso llegará a su fin. 

En julio del año pasado, la policía británica recibió un refuerzo presupuestario de 500 mil dólares para que el equipo de detectives pudiera estudiar nuevas líneas de investigación. Hasta ahora, según los medios británicos, el costo de la investigación alcanza los 15 millones de dólares. Pero, según se informa, la "operación Grange" se va a disolver en poco tiempo. 

El diario The Sun confirmó el fin de la búsqueda británica. La investigación había dado el año pasado un aparente giro, cuando se reveló como principal sospechoso a Christian Brueckner, un abusador convicto. 

Los investigadores habían tenido conocimiento de supuestos chats abusivos después de que la novia de Brueckner lo denunciara en 2015 por una agresión y la policía registrara su casa. Los agentes habrían encontrado esas conversaciones online, una cámara de video y varias tarjetas de memoria con “imágenes horribles”.

​Hasta el momento Brueckner está en prisión por violar a una mujer de 72 años en Portugal en 2005.  

Se dice que trabajó en varias ocasiones en departamentos de vacaciones cercanos al lugar donde desapareció Maddie. Pero el sospechoso, sobre el que la policía afirmó tener "pruebas concretas", nunca fue acusado por su desaparición. Y ahora hay crecientes dudas de que lo sea alguna vez.

Durante el verano del 2007, la familia McCann eligió Praia Da Luz, zona costera al sur de Portugal, como destino para sus vacaciones. Lo que sería una divertida escapada con amigos se convirtió en una pesadilla hecha realidad cuando, una noche, una de sus hijas desapareció de la habitación que habían reservado.

Desde ese momento y, a pesar de haber sido los principales sospechosos, sus padres - Kate y Gerry- comenzaron a movilizarse para encontrarla y nunca se detuvieron. El nombre de la pequeña se volvió noticia en todo el mundo y hasta se inició una campaña para que, cualquiera que la viese, lo denunciara a las autoridades.

A pesar de que los años pasaron sin ninguna información nueva, el equipo de investigación no se rindió y, en junio del 2020, la Policía encontró a un posible responsable del hecho. Christian Brueckner, nacido en Alemania, se encontraba en la cárcel por una violación.

El hombre debe cumplir una condena de 7 años por haber violado a una mujer de en el Algrave, dos años antes de la desaparición de Maddie. En sus antecedentes penales se acumulan varios crímenes de índole sexual y varios vinculados al abuso de menores.

La noticia más reciente en torno a Brueckner la reportó el medio alemán RTL, desde donde aseguraron que tuvieron acceso a una serie de chats que intercambió el acusado con otro usuario de Internet.

Las conversaciones las mantuvo bajo el pseudónimo “madness-der-holger” y en ellas reveló que deseaba “capturar algo pequeño y usarlo durante días, eso es todo”. Asimismo, aseguró que si conseguía ese “pequeño”, haría muchas películas. A modo de respuesta, su interlocutor le dijo: “Oh, si las pruebas se destruyen después”.

De acuerdo con RTL, los investigadores a cargo del caso ya tenían conocimiento del perturbador intercambio entre Brueckner y otro pedófilo. Las autoridades dieron con los chats cuando, en 2015, la novia del acusado lo denunció por violencia y debieron registrar la casa. 

El caso de Madeleine McCann no es el único en proceso de investigación en el que el pedófilo alemán es considerado como posible culpable. Al mismo tiempo, intentan averiguar el rol que cumplió el alemán en la violación en 2004 de Hazel Behan, una turista irlandesa, en Praia da Rocha; la agresión sexual de una niña de diez años en 2007 y el abuso de cuatro niños en un festival en São Bartolomeu de Messines, en 2017.

La historia del caso

Madeleine desapareció la noche del 3 de mayo de 2007 de la habitación en la que dormía con sus hermanos Amelie y Sean, apenas bebés.

Sus padres, Kate y Gerry McCann, cenaban con unos amigos en un restaurante del complejo y aseguraron a la Policía que se turnaban para vigilar a sus hijos. En una de esas visitas, se descubrió que Maddie ya no estaba.

Tras más de una década de búsquedas sin resultados, las autoridades británicas, portuguesas y alemanas anunciaron que contaban con este nuevo sospechoso, un alemán que vivió en Algarve entre 1995 y 2007.

Christian Brueckner tiene un prontuario tanto por delitos de tráfico de drogas y robos como por agresiones sexuales a menores, violación y lesiones físicas.

La hipótesis de los investigadores alemanes  es que la nena británica que desapareció hace 15 años, cuando tenía 3 años y estaba de vacaciones con sus padres en Portugal, está muerta.

Fuente: Clarín.com.ar