La fiscalía de Homicidios de Neuquén confirmó hoy que la junta médica que evaluó los estudios realizados al niño de 5 años en el hospital Plottier, determinó que su muerte está vinculada con la ingesta de dióxido de cloro.

Por pedido de la fiscal del caso Sandra Ruixo, la junta médica analizó los resultados de la autopsia y estudios bioquímicos, y respondió tres aspectos que consultó: 1) Causa del fallo multiorgánico revelado por la autopsia; 2) En caso de haber sido originado por una intoxicación, cuál fue la sustancia que lo produjo; 3) Si esa sustancia es compatible con dióxido de cloro.

Sobre el primer punto, la junta médica sostuvo que “una etiología tóxica sería compatible con el cuadro descripto”; respecto al segundo, “puede inferirse la ingesta de una sustancia química cáustica”; y sobre el tercero que “los hallazgos descriptos son compatibles con la ingesta de dicho producto”, en referencia al dióxido de cloro.

En el informe, los profesionales indicaron que “faltan realizarse estudios anatomopatológicos y toxicológicos”.

La fiscal analizará si realizará imputaciones y eventualmente por qué delito y a quién o quiénes comprenderá.

El niño murió el sábado 15 de agosto. El ministerio de Salud de la provincia indicó que ingresó al hospital Plottier a las 0:20. Tuvo un paro cardiorrespiratorio y pese a las maniobras de reanimación no hubo respuestas y falleció a la 1:15.

El jefe de Atención Médica que está momentáneamente a cargo de la dirección del hospital, Rafael Palomino, explicó que su familia había contado que le había suministrado dióxido de cloro.

El hisopado que se le practicó al niño fue negativo en covid-19.

La autopsia dio como causa de muerte un fallo multiorgánico. La fiscal ordenó estudios complementarios y ese material fue remitido a la junta médica -integrada por profesionales del Cuerpo Médico Forense y del sistema público de salud de la provincia- para que determine si el niño falleció, de acuerdo a una de las hipótesis de la investigación, como consecuencia de la ingesta de dióxido de cloro que le fue suministrado por el padre y la madre.

El producto, señaló el ministerio de Salud de la Nación, puede causar “irritación en el esófago y estómago, dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea e intoxicaciones severas, entre otras complicaciones que pueden incluir graves trastornos hematológicos, cardiovasculares y renales.”

Su uso no está indicado como tratamiento del covid-19. La Sociedad Argentina de Pediatría emitió, a propósito de lo ocurrido, un comunicado en el que remarcó esta posición. “La ingestión de este producto no ha demostrado efectos preventivos ni terapéuticos en dicha enfermedad. Su utilidad se limita al uso como desinfectante ambiental en determinadas diluciones del mismo, pero no debe ser ingerido por el ser humano”, plantearon.

Fuente: rionegro.com.ar