Fue en Las Ovejas, Neuquén. Carina realizó numerosas denuncias contra Lorenzo Muñoz por el abuso sexual a su hija Valentina y porque además ejercía violencia de género sobre ella. Pero esos expedientes fueron demorados por la jueza Mirtha Felao y el fiscal Videla.

Con esfuerzo, se logró una orden de restricción para que Muñoz no se acercara a Carina y su familia pero fue algo que nunca cumplió y la justicia lo sabía.

Muñoz trabajaba como auxiliar de servicio en una escuela de Las Ovejas y por ser violento allí también fue denunciado por sus compañeras de trabajo por acoso. Luego logró cambiar de trabajo, con la impunidad de no ser nunca investigado por lo otro.

Agrupaciones de izquierda como el Plenario de Trabajadoras, del Partido Obrero, denuncian que el gobierno se vio obligado, como consecuencia de la enorme conmoción que generó el caso, a recibir a la familia y colocar recursos para la búsqueda del femicida.