Apenas volvió de Nueva York el Presidente y su hijita Antonia—a la que usa para la foto cada vez que su imagen cae de manera estrepitosa—fueron de “sorpresa” a la pizzería de una pareja. Más allá del revuelo que se armó por el papelón del video, por el hecho de que los pizzeros eran empleados públicos, y además de que el propio Macri los desalentó con el negocio por la crisis económica, desnudó nuevamente el discurso que tanto le gusta a Cambiemos: el del “emprendedorismo”.

Lo que para Macri es “ejemplo emprendedorismo”—suele ser para muchos otros el último recurso en una situación desesperante. Porque hoy, en la Argentina, los nuevos “emprendedores” son aquellos que, al igual que en los 90’, no tienen otra opción que salir a “changuear” porque no tienen más trabajo o porque los echaron.

Lejos de eso, uno de los casos paradigmáticos y de lazos de solidaridad fruto de un impulso del sindicato, se produjo entre los despedidos del ministerio de agroindustria. Hace una semana, cuando se cumplió un mes de la última tanda de despidos—565— lanzaron un catálogo y una aplicación para celulares (https://play.google.com/store/apps/details?id=com.hastaquevuelvan) bajo la consigna “Hasta que vuelvan” con el objetivo de armar una red con las “changas” que están haciendo para subsistir sus ex compañeros.

Como en el caso de Leonardo Dionisio, al que despidieron el 19 de marzo de este año, que trabajaba en la sección de Automotores del ministerio y hoy hace carpintería. “Yo me era chofer del ministerio hace seis años y medio. Viajaba por todo el país porque es un ministerio que trabaja sobre todo a nivel federal. Llevábamos comités de todas partes del mundo, hacíamos eventos”. Del sueldo de Leonardo vivía toda la familia: su esposa y sus tres hijas. Leonardo estudió carpintería y trabajó en una industrial, pero cuando entró al ministerio eso se volvió un hobby: construía muebles para su casa sólo para despuntar el vicio y por placer. Pero ahora ese pequeño taller que había construido en su casa, se transformó en su nuevo “emprendimiento”. Pero por supuesto, no le alcanza. “Ahora es mi principal sustento pero hace 30 días no tengo trabajo. Con el tema del dólar todo aumenta y la gente no tiene dinero”.

Daniela Peduto, delegada de la junta interna de ATE explicó cómo surgió esta iniciativa: “Los delegados seguimos manteniendo contacto con los despedidos, sobre todo para ver en qué andan, como la vienen llevando. Uno de los compañeros al que llamamos nos dijo que estaba haciendo sushi y nos preguntó si lo podíamos ayudar a difundir su flyer. A las semanas nos llamó para agradecer porque no paraba de vender sushi. Entonces ahí dijimos ´¿Y si armamos algo en conjunto?”.

Daniela y el resto de los delegados empezó a llamar uno por uno a los primeros 158 despedidos de marzo-abril. Les preguntaban si estaban con algún “emprendimiento” momentáneo y les ofrecían diseñar y flyer, con una de las delegadas, para difundirlo. “Algunos ya habían conseguido trabajos formales, estaban sin hacer nada y nos pedían ayuda a ver con qué podían participar y otros que ya estaban con sus changas se sumaron al catálogo. Cuando la diseñadora les mostró todo estaban felices”. Con el catálogo, el sindicato fue a todas las oficinas del ministerio para que los propios trabajadores que aún quedan pudieran conocer la iniciativa de sus ex compañeros. Además, en la calle y frente al ministerio, armaron una pequeña feria con todos los productos y servicios que estaban ofreciendo los trabajadores despedidos.