Ángeles María Mandayo tenía 35 años y le decían Angy. Estaba embarazada de siete meses, más precisamente de 29 semanas, como suelen calcular las futuras mamás. Esperaba con ansiedad la llegada de la que sería su primera hija, Sofía. Pero ambas fallecieron y la familia denuncia mala praxis.

Todo comenzó el 6 de junio del 2017. Ángeles estaba en su trabajo, el centro deportivo El Andén, cuando se descompensó y sintió la falta de aire. Alarmados, sus compañeros pidieron auxilio médico. Llegó una ambulancia y, tras revisarla, constataron que tenía mareos intensos, dificultades respiratorias, ritmos cardíacos acelerados, un cuadro de hipotensión severa (90%) y anemia.

Ángeles no dudó en llamar a su médico de cabecera, el obstetra Gustavo Katz. El doctor le pidió que fuera al Sanatorio de los Arcos, en Palermo, de Swiss Medical, donde él estaba atendiendo. Ella fue hasta allá, junto a un compañero de trabajo.

Según la denuncia, en la sala de guardia la recibió la doctora Silvia Mariel Blanco, quien le ordenó hacer un análisis y un electrocardiograma (ECG). El resultado fue que Ángeles tenía “taquicardia sinusal, desviación extrema del eje A L izquierda. Hemibloqueo anterior izquierdo. QRS (T) anormal”. Además, el estudio alertaba: “considérese lesión de miocardio inferior T anormal, posible lesión de miocardio anteroseptal”.

“Eran claros e inequívocos indicios de que había algo en ese organismo que no estaba funcionando bien”, sostienen los abogados que siguen el caso. Sin embargo, la médica Blanco la mandó para su casa.“Durante el período de observación es evaluada por el obstetra de cabecera, almuerza, buena tolerancia. Evolución favorable, asintomática. Se retira”, consignó. Y le dieron de alta.

Ángeles se fue a su casa y cenó con su pareja, Gabriel. Pero las cosas empeoraron por la medianoche, cuando perdió el conocimiento. Gabriel llamó a emergencias y llegaron a su casa dos ambulancias, una común y otra de alta complejidad. Dos médicos intentaron maniobras de reanimación sin resultado y trataron de extraer la criatura para por lo menos salvar a una. También sin éxito.

La ambulancia la llevó hasta el Hospital Fernández donde realizaron maniobras extremas de resucitación, sin resultados. A las 00.50 del 7 de junio de 2017, certificaron la muerte de Ángeles y de su beba. Según la autopsia, falleció por un “trombolismo pulmonar, congestión y edema pulmonar”. Pero hay algo que no consta en los papeles: el dolor y la impotencia de toda una familia.

La familia de Ángeles inició un juicio civil de daños y perjuicios contra los médicos, Swiss Medical S.A. y la obra social OSDE, que quedó radicado ante el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil N° 19. Además, se inició una querella criminal contra los doctores Katz y Blanco.

Fuente: Clarín