“El jueves, alrededor de las siete de la tarde, yo estaba en la parte de adelante de mi casa, en el barrio cooperativa 258, en Bariloche. Estaba con un colega músico, cuando de repente aparecen dos camionetas y un patrullero de la policía de Río Negro. Bajan alrededor de 12 efectivos y de manera muy prepotente ingresan a mi casa. Ninguno se identifica, y uno que parecía el que manejaba el operativo me dice que había una denuncia 'por ruidos molestos'. A mi amigo lo tiran al piso y a mí me meten adentro. Dan vuelta una mesa en el comedor, la revientan, tiran todos los platos. Revisan la cocina, la alacena. Revisan todo. En mi habitación, en el fondo, revisan el ropero. Y uno de los policías, un grandote, me pega un cachetazo y me pregunta: '¿Qué onda vos con los mapuches? ¿Así que te estás juntando con los mapuches?'", relató Ezequiel a la Revista Cítrica, quien prefirió no dar su apellido por temor a represalias.
Estas mismas declaraciones las efectuó horas más tarde ante la Unidad Fiscal Nº3 de Bariloche, recinto del cual –en el momento en que Ezequiel ingresaba- otro joven salía tras haber denunciado que personal de la comisaría 42 lo había golpeado, comisaría a la cual pertenecen varios de los policías que reprimieron la manifestación del día 5 de marzo, cuando se diera a conocer el fallo de extradición del juez Gustavo Villanueva en relación a Facundo Jones Huala y que terminó con 16 detenidos, incluyendo un menor de 14 años.

Marcha por el crimen de Rafael Nahuel
Marcha por el crimen de Rafael Nahuel

Ezequiel además contó: “Yo no milito en ninguna agrupación pero suelo ir a las marchas por Santiago y Rafael. Ese lunes (refiriéndose al 5 de marzo), estuve en la puerta de la comisaría 2 de Bariloche como muchas personas pidiendo por la libertad de los detenidos. Estaba con mi perro, y supongo que algún policía me reconoció y por eso me fueron a buscar a mi casa. Pero es una locura. Entraron sin ninguna orden, y yo después recorrí el barrio y ningún vecino había hecho ninguna denuncia”.
Aparentemente, el caso de Ezequiel no sería el único. En otros dos barrios, habría gente que sufrió amenazas, golpes y allanamientos en su casa.